Perú

Cuatro megaproyectos peruanos prometen duplicar las agroexportaciones: una apuesta de futuro

Midagri impulsa el destrabe de Chavimochic III, Majes-Siguas, Alto Piura y Chinecas: un combo de irrigación pensado para duplicar los envíos agrícolas del país, movilizar tierras y transformar al agro peruano. ¿Está diseñada esta ambición para beneficiar a todos?

Agrolatam.com
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El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) ha activado un ambicioso plan de destrabe e inversión en cuatro grandes proyectos de irrigación, con la meta de duplicar las agroexportaciones peruanas. Se trata de Chavimochic III (La Libertad), Majes-Siguas (Arequipa), Alto Piura y Chinecas (Áncash), iniciativas que prometen revolucionar el campo nacional.

Chavimochic III, en la costa trujillana, retoma su tercer tramo tras años de paralización. Este proyecto, con un financiamiento de varios cientos de millones de dólares y asistencia técnica de Canadá, permitirá regar decenas de miles de hectáreas adicionales. Su puesta en marcha está prevista para iniciar este año y concluir en 2027.

En Arequipa, Majes-Siguas planea sumar hasta 80000ha de nueva frontera agrícola mediante sus tres etapas, generando empleo rural y potenciando cultivos de alto valor como uvas, paltas y espárragos.

Alto Piura, combinando la ampliación de la presa Poechos y la construcción de la presa Tronera Sur, está destinado a incorporar más de 100000ha al sistema de riego, bajo el modelo de gobierno a gobierno, fortaleciendo la agroexportación en el norte.

Finalmente, el proyecto Chinecas, en Áncash, iniciará su convocatoria internacional este julio. Con capacidad para sumar otras 100000ha, su desarrollo implicará más de 250000 empleos vinculados a la agroexportación, según estimaciones oficiales.

El ministro Ángel Manero enfatizó que estos cuatro megaproyectos serían capaces de duplicar las agroexportaciones del país, generando un salto cualitativo en competitividad. Además, apuntó que la sola inversión social estaría movilizando una cifra multimillonaria en infraestructura hídrica y desarrollo rural.

Para el sector agrario, esta iniciativa representa una oportunidad histórica. La entrada en operación de los sistemas de riego modernizados permitirá diversificar la oferta, ampliar la rotación de cultivos y reducir la dependencia climática. En especial, los valles costeros podrán orientar su producción hacia los mercados de alta demanda, con frutas y vegetales que generan mayores márgenes.

El impacto no es solo económico. Se proyecta que la modernización beneficiará a unas 340000ha y creará cerca de un millón de empleos directos e indirectos durante la fase de construcción y operación. Esto incluye a pequeños y medianos agricultores, jornaleros y empresas vinculadas a la cadena productiva.

No obstante, el éxito dependerá de varios factores clave: la capacidad de ejecución técnica, la coordinación público-privada, el respeto a normativas ambientales y la inclusión de productores locales. Además, será vital establecer mecanismos de acceso justo al agua, mantenimiento de infraestructura y desarrollo de mercados internos y externos.

El reto del país es lograr que este impulso se traduzca en un crecimiento inclusivo y sostenible. Si estos megaproyectos responden a una visión integral -política agraria, apoyo a pequeñas unidades productivas y protección ambiental- Perú podría consolidarse como líder en agroexportaciones responsables.

En síntesis, el destrabe de los proyectos Chavimochic III, Majes-Siguas, Alto Piura y Chinecas abre una puerta decisiva para duplicar las agroexportaciones peruanas, pero su concreción exigirá visión estatal, eficiencia operativa y enfoque agro-sostenible para transformar el campo peruano en una locomotora de desarrollo.

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