América Latina

Producción de macroalgas en América Latina creció 66 % en la última década, según la FAO

Un nuevo informe técnico revela que Brasil, Chile y Venezuela concentran más del 90 % de la producción y que la región tiene un potencial aún subutilizado para impulsar economías costeras y reducir la huella de carbono.

El cultivo de macroalgas se perfila como una alternativa estratégica para diversificar la acuicultura en América Latina y el Caribe, con beneficios que van desde la producción de alimentos nutritivos hasta la generación de empleos en comunidades costeras. De acuerdo con un nuevo informe de la FAO, elaborado tras un taller regional en Puerto Varas, Chile, la producción creció un 66 % entre 2013 y 2023, alcanzando 22 125 toneladas el año pasado.

Brasil, Chile y la República Bolivariana de Venezuela concentran más del 90 % de la producción regional, principalmente de las especies Gracilaria spp. y Kappaphycus alvarezii. Sin embargo, la FAO advierte que gran parte del potencial productivo permanece sin desarrollar y que el sector sigue dominado por iniciativas de pequeña escala o en etapas tempranas.

Los expertos destacan que las macroalgas no solo son ricas en yodo y micronutrientes esenciales, sino que también representan un cultivo de bajas emisiones de carbono, alineado con las directrices internacionales para una acuicultura sostenible.

Desafíos y hoja de ruta

Durante el encuentro, se identificaron retos clave como la falta de marcos regulatorios claros, riesgos de bioseguridad, impactos del cambio climático y la contaminación. Para enfrentarlos, se propone fortalecer la investigación, aplicar tecnología e inteligencia artificial para optimizar la producción, y promover la acuicultura multitrófica integrada y los modelos de cultivo restaurativo.

También se subrayó la necesidad de empoderar a comunidades costeras, en especial a mujeres y jóvenes, mediante capacitación técnica, transferencia tecnológica y modelos de negocio inclusivos.

Inversión y cooperación regional

El documento insta a los gobiernos a invertir en investigación e innovación, mejorar los marcos legales y crear programas integrales de formación para productores. Además, recomienda al sector privado integrar conocimientos locales y diversificar productos para acceder a mercados estratégicos.

La FAO, por su parte, recibió el encargo de crear una plataforma internacional sobre algas marinas, fomentar el intercambio de experiencias y proporcionar asistencia técnica a los países miembros.

Para los especialistas, estas acciones conforman una hoja de ruta capaz de transformar al cultivo de macroalgas en un motor de desarrollo sostenible, fortaleciendo tanto la resiliencia ambiental como la economía azul en América Latina y el Caribe.

Agrolatam.com
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