Puerto de Chancay inicia operaciones y conecta a Sudamérica con China
Se perfila como un nuevo centro logístico regional. Exportaciones agrícolas como paltas, mandarinas y arándanos ganan velocidad hacia Asia, mientras llegan desde China artículos de consumo y automóviles.
El puerto de Chancay, construido en Perú por la naviera estatal china Cosco Shipping con una inversión cercana a los US$ 1.300 millones, empieza a consolidarse como el nuevo puente logístico entre Sudamérica y China. A menos de 100 kilómetros de Lima, este moderno terminal espera movilizar 350.000 contenedores en su primer año de operaciones, con la meta de superar el millón hacia 2028 y convertirse en un verdadero hub regional.
El gerente general adjunto del puerto, Gonzalo Ríos, explicó que la entrada en funcionamiento de Chancay permitió establecer una ruta directa y semanal con China, reduciendo los tiempos de tránsito a 23 días de ida y 25 de vuelta. Esto significa un ahorro sustancial frente a los trayectos tradicionales que utilizan el canal de Panamá, el canal de Suez o rodean África, que pueden tomar hasta 50 días.
La eficiencia de esta nueva conexión no solo beneficia a Perú, sino también a Colombia, Ecuador, Chile y Panamá, que ya utilizan el puerto como escala. A su vez, abre una oportunidad estratégica para Brasil, especialmente para los estados de Acre, Rondonia y Mato Grosso, que podrían acortar significativamente sus tiempos de exportación hacia Asia si logran articularse con Chancay, en comparación con la actual salida por el Atlántico.
Agricultura, comercio electrónico y seguridad portuaria
En estos primeros meses, los productos que salen desde Chancay con destino a China son principalmente paltas, mandarinas y arándanos, consolidando a la agroexportación peruana como protagonista. En sentido contrario, desde Asia llegan artículos de retail, electrodomésticos y automóviles, lo que refleja la intensidad del intercambio comercial.
El puerto, cuya propiedad está dividida entre Cosco (60%) y la minera peruana Volcan (40%), ya proyecta atraer inversiones en almacenamiento logístico y comercio electrónico. Una de las plataformas que evalúa instalarse es Temu, que busca puntos de distribución regional para fortalecer sus operaciones en Latinoamérica.
En términos de infraestructura, Chancay se diseñó para recibir los buques más grandes del mundo, con un muelle de 17,8 metros de profundidad y capacidad de atraque simultáneo para cargueros de más de 400 metros de eslora. El terminal se alimenta íntegramente de energía renovable y cuenta con procesos semiautomatizados de carga y descarga mediante grúas operadas a distancia.
En paralelo, Estados Unidos donó escáneres de seguridad que se instalarán en las próximas semanas para inspeccionar contenedores en el acceso al túnel de 1,8 km que conecta la entrada con la zona de muelles. Este equipamiento permitirá detectar drogas y sustancias peligrosas, reforzando los controles en uno de los nodos logísticos que más crecerá en la región.
Ríos enfatizó que la operación de Chancay no compite con el puerto del Callao, sino que lo complementa. De hecho, Callao alcanzó un récord de más de tres millones de contenedores movilizados en 2025, en muelles operados por Maersk y DP World. El nuevo puerto amplía la capacidad del país y se inserta en una estrategia de integración logística regional, con la mira puesta en proyectos como el tren bioceánico que uniría Bahía (Brasil) con Perú.
La puesta en marcha del puerto de Chancay marca un antes y un después en la conexión transpacífica de América del Sur, consolidando a Perú como pieza clave en la nueva arquitectura comercial entre la región y Asia.