Alerta sanitaria en el campo: Salmonella Dublin avanza en el ganado bovino y amenaza la producción
Autoridades y especialistas en salud animal en Bolivia encienden las alarmas por el aumento de casos de Salmonella Dublin en bovinos. La bacteria, de alto impacto productivo y potencial zoonótico, compromete la rentabilidad ganadera y exige medidas de vigilancia y control inmediatas.
La ganadería boliviana enfrenta una creciente amenaza sanitaria con la expansión de Salmonella Dublin en el rodeo bovino, una bacteria que no solo compromete el desempeño productivo de los animales, sino que también representa un riesgo para la salud humana. El brote ha generado preocupación entre autoridades, productores y veterinarios, que alertan sobre la necesidad urgente de fortalecer los sistemas de monitoreo, diagnóstico y bioseguridad.
Salmonella enterica serotipo Dublin es una bacteria altamente adaptada al ganado bovino, capaz de provocar cuadros clínicos severos como neumonía, enteritis, septicemia, aborto y muerte súbita. Aunque algunos animales pueden portar la bacteria sin mostrar síntomas, actúan como reservorios y diseminadores dentro del rodeo, lo que agrava el control de la enfermedad.
En Bolivia, diversos reportes veterinarios y análisis de laboratorios han confirmado un aumento en la detección de casos en varias regiones ganaderas, con particular incidencia en hatos de cría intensiva. Si bien no se ha declarado una emergencia sanitaria, el crecimiento sostenido de la enfermedad genera preocupación por su impacto económico y su dificultad de erradicación.
Uno de los aspectos más críticos es el potencial zoonótico de la Salmonella Dublin. La bacteria puede transmitirse al ser humano a través del contacto con animales infectados o por el consumo de leche y carne mal cocida o mal higienizada. En personas, puede provocar cuadros gastrointestinales severos, fiebre prolongada, y en casos graves, infecciones sistémicas. Por esta razón, los servicios de salud pública siguen de cerca la situación y recomiendan extremar las medidas de inocuidad alimentaria.
Desde el sector productivo, las pérdidas asociadas a la enfermedad son múltiples: menor ganancia de peso, incremento en la mortalidad de terneros, abortos en vacas preñadas, mayor gasto en tratamientos y disminución del rendimiento reproductivo. Todo ello repercute directamente en la rentabilidad de las explotaciones ganaderas, especialmente en sistemas de producción intensiva donde la propagación es más veloz.
Veterinarios consultados por Publiagro señalan que la falta de diagnóstico temprano y de programas sistemáticos de vacunación han permitido la expansión silenciosa del patógeno. Además, en muchos establecimientos ganaderos no se cuenta con medidas estrictas de aislamiento ni protocolos claros para el manejo de animales sospechosos o enfermos.
El panorama se agrava por la resistencia antimicrobiana que ha mostrado la Salmonella Dublin en diversos estudios internacionales, lo que limita las opciones terapéuticas y exige un uso más racional de los antibióticos. En este contexto, la bioseguridad se convierte en la herramienta más efectiva para prevenir y contener brotes.
Entre las principales recomendaciones difundidas por especialistas y organismos sanitarios se destacan:
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Mejorar el diagnóstico en campo y laboratorios, con pruebas específicas.
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Implementar cuarentenas estrictas para animales nuevos o procedentes de zonas afectadas.
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Reforzar la limpieza y desinfección de corrales, vehículos y utensilios.
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Capacitar al personal sobre manejo de enfermedades transmisibles.
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Monitorear la cadena de frío y la higiene en productos de origen bovino.
El rol de los servicios veterinarios oficiales y privados será clave en los próximos meses para contener la expansión de la enfermedad y evitar consecuencias mayores. Desde el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG), se evalúan acciones de vigilancia epidemiológica, campañas informativas y protocolos para establecer zonas bajo control.
En un país donde la ganadería representa un pilar económico clave, la sanidad animal se convierte en un factor estratégico. La experiencia con enfermedades como la brucelosis y la tuberculosis ha demostrado que la prevención es más efectiva -y menos costosa- que la respuesta tardía.
Salmonella Dublin pone a prueba la capacidad del sistema agropecuario de anticiparse a las amenazas, protegiendo no solo la producción, sino también la salud humana y la confianza del consumidor. La respuesta debe ser rápida, coordinada y técnica, antes de que la situación adquiera una escala de mayor complejidad.