Crisis porcina en Santa Cruz: cierran 30 granjas por falta de diésel y divisas
La crisis de combustible y divisas en Bolivia golpea a los porcinocultores cruceños, con al menos 30 granjas cerradas y costos de producción que aumentaron un 50%.
La crisis energética y cambiaria que atraviesa Bolivia está impactando de lleno en la producción agropecuaria, con un golpe directo al sector porcino. La Asociación de Porcinocultores de Santa Cruz (Adepor) denunció que al menos 30 granjas cerraron sus puertas en el departamento cruceño y, en menor medida, en Cochabamba, debido a la escasez de diésel y a la falta de dólares para importar insumos básicos.
El gerente general de Adepor, Henry Chávez, explicó que los productores enfrentan un incremento de costos que ronda el 50%, lo que hace insostenible mantener la actividad. "No hay manera de transportar; el alquiler de camiones se ha vuelto imposible. Imagínese estar una semana parado en los surtidores esperando diésel", lamentó en conferencia de prensa en La Paz.
Costos en alza y desabastecimiento
Los porcinocultores importan desde el exterior vitaminas, proteínas y aminoácidos, insumos esenciales para la alimentación de los animales. Sin dólares suficientes en el mercado, los precios de estos productos se han disparado. A eso se suma la dificultad de conseguir combustible para el transporte de granos, balanceados y cerdos terminados hacia los centros de faena y comercialización.
El aumento de tarifas de transporte encarece la cadena de distribución y desincentiva a los compradores. Según Adepor, en La Paz algunos intermediarios prefieren duplicar los precios de venta o directamente no retirar la producción, lo que genera pérdidas tanto para los productores como para los consumidores.
Impacto en el consumidor
Pese a estas dificultades, la carne de cerdo se mantiene como una alternativa más barata frente a la carne de res, con precios que oscilan entre 30 y 40 bolivianos el kilo en la ciudad de La Paz. Sin embargo, Chávez advirtió que esta situación podría cambiar si la crisis persiste: "Estamos ante un riesgo real de desabastecimiento y encarecimiento que afectaría directamente a las familias bolivianas".
La demanda de carne porcina en Bolivia ha venido creciendo de manera sostenida en los últimos años, especialmente en Santa Cruz y Cochabamba, donde se concentra la mayor parte de la producción. El cierre de granjas no solo reduce la oferta disponible, sino que también pone en riesgo empleos directos e indirectos vinculados a la cadena porcina.
La asociación solicitó al Gobierno nacional medidas urgentes para garantizar el suministro de diésel y facilitar el acceso a dólares para la importación de insumos. "No se trata de empresarios, se trata de productores que alimentan al país. Si no hay soluciones, está en riesgo la seguridad alimentaria de Bolivia", subrayó Chávez.
El dirigente también pidió a los futuros gobernantes atender con seriedad la problemática del sector agropecuario: "Hablamos de familias que dependen de esta actividad y de un producto básico en la dieta de la población".
La falta de diésel no es nueva en Bolivia. Desde hace más de un año los sectores productivos denuncian dificultades para acceder al combustible, lo que ha generado protestas de transportistas, agricultores y ganaderos. En el caso porcino, el problema se agrava porque la cadena productiva depende del abastecimiento constante de insumos y del transporte refrigerado para garantizar la inocuidad de la carne.
El cierre de granjas en Santa Cruz refleja el deterioro de un sector que, hasta hace poco, mostraba crecimiento sostenido y se perfilaba como uno de los pilares de la diversificación agropecuaria del país. Hoy, en cambio, los productores advierten que sin medidas concretas, la crisis podría expandirse y afectar aún más la producción nacional de alimentos.