América Latina

Soja sudamericana desplaza a EE. UU. en China mientras crece la presión de maíz y lácteos

América Latina abastece casi todo lo que China necesita en soja para fin de año, consolidando su peso en el comercio global. El maíz récord de EE. UU. y la sobreoferta de lácteos marcan un escenario desafiante para los exportadores de la región.

El mapa agrícola mundial confirma la creciente centralidad de América Latina en el comercio global. Según los últimos reportes, China ha adquirido el 95 % de su soja para los meses de octubre y noviembre en Sudamérica, principalmente en Brasil y Argentina, dejando fuera a la nueva cosecha de Estados Unidos. Se trata de un cambio estructural en las cadenas de suministro: en 2024, a la misma altura del año, Pekín ya había reservado más de 12 millones de toneladas estadounidenses, mientras que en 2025 prácticamente ha dado la espalda a esa oferta.

El atractivo sudamericano radica en la estabilidad del suministro y la competitividad comercial, pese a que los precios FOB brasileños resultan más caros que los de EE. UU. Los aranceles que China impone al poroto estadounidense encarecen su valor en US$ 2 por bushel, anulando la diferencia. Además, Argentina y Brasil siguen consolidando su peso como proveedores estratégicos, al tiempo que emergen otros actores como Rusia y Canadá, que buscan ganar espacio en el mercado asiático.

Este viraje tiene consecuencias directas para la región. Por un lado, ofrece a los productores sudamericanos la oportunidad de fortalecer su relación con China, destino que concentra la mayor parte del comercio mundial de soja. Pero también plantea desafíos: la presión sobre la logística portuaria, la necesidad de mantener calidad constante y la competencia interna entre países latinoamericanos.

Mientras tanto, Estados Unidos atraviesa un ciclo de abundancia productiva que amenaza con intensificar la competencia. La cosecha de maíz 2025 alcanzaría 16.800 millones de bushels, la más alta de su historia, con exportaciones proyectadas en un récord de 3.000 millones. Esta sobreoferta, sumada a precios estables en torno a US$ 3,90 por bushel, anticipa una mayor agresividad comercial de EE. UU. en mercados que también son estratégicos para América Latina, como México, Centroamérica y el norte de África.

El panorama de la soja estadounidense es distinto: se proyectan 4.300 millones de bushels, un 2 % menos que en 2024. El aumento del crush interno no logra compensar la caída de exportaciones, recortadas en 20 millones de bushels por la competencia externa. El precio promedio cayó a US$ 10 por bushel, con inventarios en alza. Para países productores de Sudamérica, esta caída puede tensionar aún más la formación de precios internacionales, reduciendo márgenes en plena expansión exportadora.

A esto se suma el escenario de los lácteos, con EE. UU. proyectando un crecimiento de 1,8 % en su producción para 2025 y una nueva alza en 2026. La abundancia de leche, manteca y quesos está presionando las cotizaciones globales a la baja. Para Uruguay y Argentina, que buscan expandir sus exportaciones de lácteos hacia mercados de valor agregado, la mayor disponibilidad estadounidense y europea genera un entorno más competitivo, con precios deprimidos que complican la rentabilidad.

En términos sanitarios, el reciente brote de gripe aviar en ganado lechero en Nebraska introduce un factor de riesgo. Aunque las autoridades aseguran la inocuidad de la leche, el avance de la enfermedad en 18 estados norteamericanos podría alterar flujos comerciales y abrir ventanas de oportunidad para exportadores latinoamericanos, siempre que logren garantizar protocolos sanitarios sólidos.

América Latina se consolida como proveedor indispensable para China en soja, un logro que refuerza el liderazgo regional en el comercio agrícola global. Sin embargo, la competencia por maíz y lácteos, sumada a los precios internacionales en retroceso, exige estrategias más sofisticadas: diversificación de mercados, diferenciación de calidad y mayor inversión en logística. El escenario plantea una doble realidad para el agro latinoamericano: protagonismo creciente, pero también riesgos crecientes en un mercado mundial cada vez más saturado.

Agrolatam.com
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