Tomate Mexicano en Crisis: ¿Qué está fallando en el campo exportador?
Una temporada inédita golpea al tomate mexicano: rendimientos prometedores, pero precios deprimidos y acumulación de exportaciones sin destino claro.
En Sinaloa, una de las zonas más productivas del campo mexicano, el cierre de la temporada de tomate en mayo de 2025 marcó un antes y un después. A pesar de obtener buen rendimiento y calidad, los productores enfrentaron precios entre 10 y 40 pesos por kilo, nunca alcanzaron niveles rentables. Este colapso se da en un contexto donde México exporta más de 2 700 millones de dólares en tomate, apoyando a casi un millón de empleos directos e indirectos.
Destaca que más del 50 % de las 800 000 toneladas exportadas por Sinaloa en 2024 correspondían a este producto, principalmente hacia Estados Unidos, aunque también llegan a otros mercados como Canadá, Guatemala, Japón, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia.
Panorama Actual y Datos Clave
Sobreproducción regional: Sinaloa compartió excedentes con Tampico, Colima, Michoacán y Jalisco, saturando los canales de comercialización.
Contexto internacional adverso: en EE. UU. el clima frío y la amenaza de aranceles inhibieron la demanda del tomate mexicano.
Impacto económico: cosecha sin precio rentable obligó a desechar producción por costos de mano de obra, logística e inseguridad.
Factores Determinantes
Climáticos y sanitarios: la sequía severa afectó cultivos, reduciendo margen para negociación.
Económicos: baja demanda internacional, especulación comercial y débiles precios de garantía.
Políticos/comerciales: incertidumbre sobre aranceles y barreras a la importación dificultan la penetración en EE. UU.
Seguridad y logística: robos y bloqueos continúan afectando la distribución nacional.
Las herramientas tecnológicas y agropecuarias avanzan en México, con:
Trazabilidad y automatización en parcelas protegidas.
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) para optimizar uso de agua (tecnificación hídrica).
Apoyos de SADER, FIRA y ASERCA impulsan prácticas sustentables y manejo de riesgos.
En zonas como Colima, Jalisco y Michoacán, se experimenta con variedades resistentes para generar valor agregado.
A pesar de los esfuerzos, la escala del problema -precios colapsados y saturación de mercado- exige respuestas más contundentes.
Diversificación de mercados: urgente abrir mercados europeos y centroamericanos ante la dependencia de EE. UU.
Fortalecer precios de garantía y subsidios al campo: ahora más críticos frente a volatilidad global.
Agronegocios con valor agregado: concentrados, salsa, tomate orgánico y denominación de origen para elevar márgenes.
Asociatividad y cooperativas: fortalecer capacidad de negociación y logísticas de exportación grupales.
Financiamiento rural inteligente: dirigirse a líneas específicas de FIRA destinadas a superar crisis estacionales.
