Uruguay

Caída del dólar sacude al agro uruguayo y reaviva el debate sobre la política monetaria

La fuerte baja del tipo de cambio impacta en los márgenes del sector agroexportador y abre una discusión de fondo sobre el rumbo de la política monetaria en Uruguay.

La reciente y pronunciada caída del dólar en Uruguay encendió las alarmas en el sector agropecuario, que observa con preocupación cómo se deteriora la competitividad de sus productos frente a un peso fortalecido. La cotización de la divisa estadounidense, clave para la economía exportadora uruguaya, se ha desplomado de forma acelerada en las últimas semanas, golpeando los ingresos de productores y empresarios del agro.

En este escenario, voces del sector advierten que el fenómeno amenaza con reducir los márgenes de rentabilidad de toda la cadena agroexportadora, desde los pequeños productores hasta las grandes industrias de transformación. Al recibir pagos en dólares por sus ventas al exterior y enfrentar costos en pesos cada vez más caros, la ecuación se vuelve asfixiante para muchos actores rurales.

Referentes del agro y economistas coinciden en que el retroceso del tipo de cambio no es un hecho aislado, sino resultado de políticas monetarias que priorizan contener la inflación, incluso a costa de sacrificar competitividad externa. Según analistas, la discusión no pasa solo por el nivel actual del dólar, sino por la falta de un enfoque estratégico de mediano plazo que dé previsibilidad al sector productivo.

En espacios de intercambio como la columna "La Tribuna del Agro", se remarcó la urgencia de abrir un debate de fondo sobre la política monetaria. Allí se cuestionó la ausencia de mecanismos de protección para los productores ante variaciones tan bruscas, y se advirtió que el país necesita herramientas más modernas para administrar el tipo de cambio sin perder el control inflacionario.

Productores y gremiales rurales manifiestan que la situación agrava las dificultades ya existentes en rubros como la ganadería, la lechería y los cultivos de invierno, que se ven presionados por costos internos altos, precios internacionales volátiles y un tipo de cambio que recorta sus ingresos. Algunos sostienen que si no se ajusta la política cambiaria, podrían resentirse las inversiones y el crecimiento de las exportaciones, con efectos adversos sobre el empleo rural.

Por su parte, economistas sostienen que Uruguay enfrenta el dilema clásico entre inflación y competitividad. Controlar los precios internos sin descuidar el valor del dólar es un equilibrio difícil, pero indispensable, sobre todo en economías tan abiertas y dependientes de las exportaciones como la uruguaya.

El Banco Central se mantiene firme en su política de sostener la estabilidad de precios como prioridad, aunque admite que seguirá monitoreando la evolución del tipo de cambio para evitar distorsiones mayores. Mientras tanto, el agro pide medidas complementarias que amortigüen el impacto de un dólar debilitado, desde líneas de crédito más accesibles hasta ajustes impositivos que alivien la presión sobre el productor.

El debate también alcanza a la política fiscal. Algunos especialistas plantean que para acompañar al sector exportador se requieren incentivos a la inversión, mejoras en infraestructura y mayor eficiencia en los servicios públicos, de forma de compensar la pérdida de competitividad generada por la baja del dólar.

La caída de la divisa estadounidense puso en evidencia la vulnerabilidad estructural de buena parte del agro uruguayo ante los vaivenes monetarios. La urgencia de revisar el marco de políticas públicas que afectan al sector quedó sobre la mesa, con el desafío de buscar consensos que equilibren estabilidad macroeconómica y rentabilidad productiva.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: