La lana uruguaya alcanza precios históricos y el mercado ovino consolida su recuperación
La fibra registra los valores más altos en tres años con fuerte demanda de China y Europa, mientras la hacienda ovina también mejora en faena y precios.
El mercado de la lana en Uruguay atraviesa un momento excepcional, con precios que no se veían en al menos tres años. La suba responde a un escenario internacional de recomposición de inventarios y a la ventaja competitiva que tiene la fibra nacional frente a la australiana, donde solo una fracción cumple con los estándares de bienestar animal exigidos por la industria textil europea. En la última semana, el Indicador de Mercados del Este subió hasta 9,61 dólares por kilo, su nivel más alto desde febrero de 2023, luego de un incremento del 7% en apenas siete días, la mayor suba semanal en seis años, y un salto del 18% en el último mes.
Las lanas Corriedale y cruza han registrado los mayores avances, con aumentos de hasta 45% desde junio, mientras que los lotes Merino de 18 micras o menos se encarecieron hasta un 25% en las trece primeras semanas de la zafra. El mercado se muestra activo, con ventas a valores entre 10% y 15% más altos que los de un mes atrás, muchas consultas de productores y exportadores y también cierta cautela por parte de algunos actores que esperan nuevas subas a medida que la demanda de China recupere inventarios. En la reciente Feria de Lanas de Nanjing se respiró un clima de negocios que no se veía desde 2018, impulsado por los bajos niveles de stock, el aumento de la demanda y una mayor agilidad en la circulación de la fibra en toda la cadena de suministro.
El interés europeo agrega otro elemento: la exigencia de certificación de bienestar animal RWS y de producción libre de mulesing, condición que solo alcanza el 15% de las lanas australianas. Uruguay cuenta con esa ventaja y se perfila como proveedor estratégico. Los precios alcanzados por lotes de Merino de 18,8 micras con certificación RWS llegaron a siete dólares por kilo vellón, un dólar más que hace un mes, y lo mismo ocurrió con lotes de 17,9 micras. Otras categorías, como las lanas Merino de 19 y 20 micras, también muestran mejoras significativas con valores de 6,20 y 5,70 dólares por kilo respectivamente, cifras 15% superiores a las de inicios de la zafra. Los analistas australianos anticipan que las subas continuarán tras diez semanas consecutivas de alzas, la racha más larga desde 1987, incluso con mayor volumen de oferta.
La firmeza no se limita a la fibra. En el mercado de hacienda ovina para faena, la demanda se mantiene muy activa en todas las categorías, con entradas cortas y referencias de precios al alza. Según datos del Instituto Nacional de Carnes, las ovejas llegaron a 4,60 dólares por kilo, con un aumento del 10% en la última semana, mientras que los corderos promediaron 5,38 dólares, veinte centavos por encima de la referencia de la Asociación de Consignatarios de Ganado. La faena ovina, sin embargo, cayó a 12.349 cabezas, un 10% menos que la semana anterior y lejos de los niveles de 2024, aunque con un cambio en la composición: menos ovejas y corderos y un aumento de la participación de borregos y capones. Cuatro frigoríficos concentraron el 95% de la actividad, liderados por San Jacinto Nirea.
En lo que va de 2025, la faena de lanares suma 425.790 cabezas, un 22% menos que en el mismo período del año pasado. Aun así, los precios sostienen la competitividad de la categoría. En el frente externo, la exportación de carne ovina mostró un fuerte ajuste semanal: se enviaron 219 toneladas a un promedio de 3.147 dólares por tonelada, el registro más bajo del año y menos de la mitad del promedio de la semana anterior. La volatilidad se explica por los bajos volúmenes de cada embarque, aunque el promedio móvil de los últimos 30 días se mantiene en 5.542 dólares por tonelada, por encima de la carne vacuna y un 41% superior al mismo período de 2024.
En síntesis, la cadena ovina uruguaya transita un momento singular. La lana se beneficia de un contexto internacional favorable y de su reputación como producto certificado y de calidad, lo que dispara precios a niveles históricos. Al mismo tiempo, la hacienda encuentra respaldo en una demanda firme y valores en ascenso, aunque con una faena más reducida. El desafío estará en sostener estas ventajas competitivas y consolidar el vínculo con los mercados que, más allá del precio, demandan cada vez más trazabilidad, bienestar animal y garantía de inocuidad.