Uruguay cierra una puerta clave del agro: suspenden exportaciones de ganado vivo para faena
El gobierno restringió la salida de animales en pie destinados a faena inmediata. El campo habla de un golpe a la confianza comercial y advierte sobre consecuencias económicas.
El gobierno de Uruguay decidió frenar temporalmente las exportaciones de ganado en pie con destino a faena inmediata, una medida que sacudió al sector agropecuario y generó inmediatas reacciones de rechazo por parte de gremiales, exportadores y productores.
La decisión, anunciada por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), se formalizó mediante una resolución que suspende la emisión de guías para el traslado de ganado en pie hacia puertos de embarque cuando el destino final sea la faena inmediata en el exterior. Según el Ejecutivo, el objetivo es resguardar el abastecimiento del mercado interno y evitar desequilibrios en la cadena cárnica.
Sin embargo, desde el sector privado advierten que la medida afecta contratos ya firmados, genera incertidumbre comercial y proyecta una señal negativa a los mercados internacionales. El principal argumento es que se trata de una intervención directa sobre la libertad de comercio y que, lejos de estabilizar el mercado, podría generar distorsiones en el precio del ganado.
Gremiales agropecuarias como la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y las Federaciones de Productores Ganaderos calificaron la medida como "necesariamente nefasta", y reclamaron su inmediata revisión. También expresaron preocupación por el impacto económico que puede tener en los productores que ya tenían operaciones cerradas y animales listos para embarcar.
Actualmente, Uruguay exporta ganado en pie a destinos como Turquía, Egipto, China y Brasil, en operaciones que no solo generan divisas, sino que también forman parte de una estrategia de diversificación comercial. Si bien el grueso de las exportaciones cárnicas del país sigue siendo en forma de carne procesada, la venta de animales vivos representa un complemento clave para algunas zonas productoras.
Desde el gobierno, el ministro Fernando Mattos sostuvo que la medida busca evitar una tensión en la faena local, donde los frigoríficos estarían enfrentando una baja oferta de ganado gordo. Según el MGAP, "no se prohíbe la exportación en pie en general, sino solo aquellas destinadas a faena inmediata", diferenciando así de las ventas para recría o engorde.
Aun así, para el agro, el efecto real es una interferencia en la dinámica comercial y productiva, justo en un momento en que el sector atraviesa una recuperación tras períodos de sequía, caída de precios y baja rentabilidad.
Exportadores sostienen que las decisiones deben ser predecibles, especialmente en mercados tan sensibles como el ganadero. También recordaron que Uruguay se ha destacado por ser un proveedor confiable y estable, y que este tipo de medidas pueden erosionar la reputación internacional del país.
A nivel político, la resolución también generó ecos dentro del Parlamento, donde legisladores de la oposición pidieron explicaciones al Ejecutivo y advirtieron sobre el impacto que la suspensión podría tener en miles de productores medianos y pequeños.
Mientras tanto, el clima en el sector es de incertidumbre y malestar. Se espera que en los próximos días las gremiales eleven un pedido formal para rever la medida y establecer una mesa técnica que permita evaluar alternativas sin recurrir a restricciones abruptas.
En un país donde la ganadería representa más del 60 % de las exportaciones agropecuarias, y donde la carne es un emblema nacional, cada decisión que afecta la cadena genera un impacto profundo. El freno a las exportaciones de ganado en pie para faena inmediata reabre el debate sobre cómo equilibrar abastecimiento interno, competitividad externa y reglas claras para un sector clave de la economía uruguaya.