Venezuela

Venezuela denuncia ocupación de pesquero por buque de guerra de EE.UU. y sube la tensión en el Caribe

El gobierno de Nicolás Maduro calificó como "provocación directa" la interceptación de un barco atunero en su zona económica exclusiva. Washington había lanzado un operativo militar días antes que dejó 11 muertos.

La crisis entre Venezuela y Estados Unidos alcanzó un nuevo nivel de tensión tras la denuncia de Caracas sobre la ocupación de un barco pesquero por parte de un buque de guerra estadounidense en aguas del Caribe. El gobierno de Nicolás Maduro acusó a Washington de actuar de manera "ilegal y hostil" contra un grupo de pescadores artesanales, poniendo en riesgo la paz y la seguridad de la región.

El incidente ocurrió cuando el destructor USS Jason Dunham (DDG-109), equipado con misiles de crucero y personal especializado, interceptó un barco atunero venezolano con nueve tripulantes en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país. Según la cancillería, 18 agentes armados ocuparon la embarcación durante ocho horas, en lo que calificó como una acción "desproporcionada y provocadora".

El canciller Yván Gil insistió en que se trataba de una embarcación "inofensiva" dedicada a la pesca de atún, sector clave para las economías costeras y fuente de sustento para cientos de familias venezolanas. "Se ha puesto en riesgo la vida de humildes pescadores y la estabilidad del Caribe", afirmó, al exigir a Washington que detenga los operativos contra flotas pesqueras locales.

Un antecedente reciente: 11 muertos en el Caribe

El hecho no es aislado. Una semana antes, fuerzas estadounidenses habían lanzado un operativo en el Caribe que dejó 11 venezolanos muertos y hundió otra embarcación. La administración de Donald Trump aseguró que se trataba de una acción contra el narcotráfico, pero Caracas rechazó esa versión.

El ministro de Interior, Diosdado Cabello, subrayó que ninguna de las víctimas pertenecía al grupo criminal Tren de Aragua, como argumentó Washington. "Confesaron abiertamente haber matado a 11 personas. Nuestra investigación demuestra que no eran narcotraficantes, sino ciudadanos venezolanos", declaró, calificando el hecho como un "asesinato con uso de fuerza letal".

Maduro refuerza su narrativa de amenaza externa

En este escenario, el presidente Nicolás Maduro elevó su discurso y aseguró que el país enfrenta "la mayor amenaza que ha visto nuestro continente en los últimos 100 años". Señaló que Washington busca un cambio de régimen y que incluso duplicó la recompensa por información que conduzca a su captura, pasando de 25 a 50 millones de dólares.

Ante la escalada, Maduro anunció un amplio despliegue militar que incluye a tropas, policías y milicias civiles en 284 puntos estratégicos, además de reforzar la seguridad en la frontera con Colombia, zona históricamente conflictiva. "Estamos listos para una lucha armada si es necesario", advirtió el mandatario, al tiempo que reiteró su disposición a defender la soberanía marítima.

Repercusiones en la pesca y la estabilidad regional

El episodio preocupa particularmente al sector pesquero venezolano, ya que el atún es una de las principales capturas en el Caribe y fuente de empleo en estados costeros como Sucre y Nueva Esparta. La denuncia de que un buque de guerra interrumpa la faena pesquera refleja un punto de fricción entre la seguridad nacional y la economía local, generando temor entre los trabajadores del mar.

Analistas consideran que la militarización del Caribe afecta tanto a la actividad pesquera artesanal como a los corredores comerciales de la región, donde países como Brasil, Colombia y México tienen intereses estratégicos. El riesgo de incidentes similares podría impactar en los flujos de exportación, encarecer seguros marítimos y aumentar la desconfianza de armadores y flotas pesqueras internacionales.

Con las acusaciones cruzadas y la retórica bélica en aumento, la posibilidad de un canal diplomático se vuelve cada vez más lejana. Caracas sostiene que Washington busca "provocar un enfrentamiento directo", mientras que desde Estados Unidos se insiste en justificar las operaciones bajo la lucha contra el narcotráfico.

El resultado es un escenario de incertidumbre en el Caribe, donde la pesca, la seguridad marítima y la estabilidad política de varios países se ven comprometidas. El caso del atunero venezolano muestra cómo un episodio en apariencia menor puede transformarse en un detonante de crisis mayor, con implicaciones que van más allá de la disputa bilateral.

Agrolatam.com
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