La exportación de ganado bovino en Venezuela se encuentra temporalmente paralizada, según informó el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), Edgar Medina. El dirigente explicó que la decisión responde a una estrategia de recuperación del hato nacional, tras años de contracción del inventario pecuario.

"No estamos exportando porque estamos incrementando los rebaños y subiendo los inventarios. Tenemos un mercado interno que atender, que es el venezolano", señaló Medina en declaraciones difundidas por Visión Agropecuaria y Unión Radio.

Recuperación del hato ganadero

De acuerdo con Fedenaga, el objetivo inmediato del sector es retomar los niveles productivos de comienzos de los años 2000, cuando Venezuela contaba con aproximadamente 17 millones de cabezas de ganado.

"Vamos hacia un incremento importante. Nos hemos venido recuperando, y el sector ha mantenido la producción gracias al esfuerzo de los productores", afirmó Medina, subrayando el rol del trabajo cooperativo en la reconstrucción del inventario bovino.

Según estimaciones del gremio, actualmente se sacrifican anualmente 1,55 millones de cabezas, entre vacunos y búfalos. Aunque la cifra refleja una leve mejora respecto a años anteriores, aún está lejos de los niveles históricos de la ganadería venezolana.

Prioridad sanitaria: certificación libre de fiebre aftosa

Uno de los ejes centrales del trabajo gremial y gubernamental es avanzar en la certificación internacional de Venezuela como país libre de fiebre aftosa con vacunación, un requisito clave para reabrir los mercados de exportación.

"Somos el único país de Sudamérica que todavía no cuenta con la certificación, pero estamos en vía de lograrla", reconoció el titular de Fedenaga, destacando la coordinación entre productores, asociaciones y autoridades sanitarias para vacunar la totalidad del rebaño nacional.

La erradicación de la fiebre aftosa, una de las principales barreras sanitarias para el comercio de carne y ganado en pie, permitiría reactivar las exportaciones y posicionar nuevamente a Venezuela como proveedor regional de carne bovina y genética animal.

Los productores han intensificado las campañas de inmunización en los principales estados ganaderos, impulsando una cobertura más amplia y sostenida de vacunación. Estas acciones buscan garantizar la trazabilidad sanitaria del hato y mejorar la calidad y valor agregado del ganado.

En paralelo, Fedenaga trabaja junto a las autoridades venezolanas en la clasificación oficial de la carne, un proyecto orientado a transparentar el mercado interno y elevar los estándares de consumo.

"Queremos que el consumidor venezolano sepa qué tipo de carne está comprando y cuáles son sus características nutricionales y de calidad", explicó Medina.

La iniciativa pretende establecer parámetros técnicos de clasificación, basados en la calidad de la canal, la alimentación y el manejo del animal, siguiendo modelos aplicados en países de la región como Brasil y Argentina.

La ganadería venezolana, que durante la década de los 2000 exportaba animales en pie y carne procesada a mercados del Caribe y Medio Oriente, atraviesa un proceso de reactivación estructural.

Los ganaderos enfrentan limitaciones de financiamiento, infraestructura y costos de insumos, pero el fortalecimiento sanitario y el aumento de los rebaños son vistos como pasos fundamentales para recuperar la competitividad.

De acuerdo con Fedenaga, la prioridad actual es consolidar la autosuficiencia nacional, estabilizar los precios internos y mejorar la productividad. Solo una vez alcanzado ese equilibrio, el país podría retomar de manera sostenible las exportaciones de ganado bovino.

El fortalecimiento institucional del sector y la articulación público-privada serán determinantes en esa meta. "La recuperación ganadera ya comenzó", enfatizó Medina, "pero necesitamos mantener el ritmo de vacunación, mejorar la infraestructura rural y garantizar la trazabilidad animal para volver a competir en los mercados internacionales".