El Departamento de Agricultura de Estados Unidos informó que España adquirió 1,76 millones de toneladas de soja entre septiembre y febrero, casi tres veces más que en el mismo período del ejercicio anterior (630.000 toneladas).
Las importaciones de toda la Unión Europea (UE) ascendieron a 6,1 millones de toneladas, 2,4 veces más que un año antes.
Las cifras reflejan la creciente importancia de la soja estadounidense en la UE, que ya compra a dicho productor cerca de tres cuartas partes de todo el volumen que importa.
La soja es clave para la industria de piensos española y comunitaria, que la utiliza como fuente de proteína vegetal.
El secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), José Manuel Álvarez, explicó en declaraciones a Efeagro que el incremento de las importaciones de soja estadounidense se debe sobre todo a la bajada de precio por la guerra comercial que mantiene este país con China.
China es el mayor comprador de soja procedente de EEUU, pero las tensiones entre los dos "gigantes" provocó una caída de las cotizaciones, que ahora son atractivas para los compradores comunitarios.
Según Álvarez, la soja de EEUU "ha empezado a ser rentable" para España, ya que anteriormente "no era competitiva porque es cara".
A pesar de todo, el secretario general de Accoe ha considerado que estos "trastoques del mercado nunca vienen bien a nadie", porque la posibilidad de sacarles beneficio "siempre es a corto plazo".
EEUU vs Brasil
Por su parte, portavoces del Consejo de Exportación de la Soja del país norteamericano (Ussec, por sus siglas en inglés) destacaron que con estos aumentos Estados Unidos se desmarca de Brasil y se afianza como el mayor proveedor de la UE.
Miembros de este organismo realizaron en febrero una visita a España, convertida en uno de sus principales clientes en términos mundiales, sólo por detrás de China, México y Argentina.
Una de las principales demandas que hacen los compradores españoles es la "alta calidad" de la materia prima, según la Ussec, que defiende la producción de soja transgénica.
Actualmente, más del 90 % de la soja norteamericana se cultiva con semillas mejoradas a través de biotecnología; unos cultivos genéticamente modificados que, de acuerdo con este organismo, ayudan a los cultivadores a reducir el uso de agua, pesticidas y productos químicos.
Sobre la controversia en el uso de transgénicos, especialmente vigente en la UE, los portavoces de la patronal estadounidense se limitaron a señalar que las conclusiones sobre su utilización deben ser "imparciales, exhaustivas y basadas en la ciencia".
