Los precios de los aceites vegetales vienen repuntando en el plano internacional, con un aumento en el consumo humano y también en la participación del aceite de girasol dentro de este consumo.
La producción está proyectada con un crecimiento leve, y por lo tanto la relación stock/consumo tiende a bajar. Es decir, hay un escenario internacional que favorece la cotización de los aceites vegetales, especialmente del girasol.
Además, se ha dado la situación en Europa de la menor producción de los últimos 14 años del aceite de colza, principal aceite sustituto con el girasol. Así que tenemos un mercado saludable, que muestra buenas perspectivas en la actualidad y para la campaña 2020/21. En algunas regiones de la Argentina, la rentabilidad proyectada para el girasol está en primer lugar inclusive superando la rotación trigo/soja. (www.agbi.com.ar).
Sobre los aspectos financieros de la empresa, en este contexto actual, cuando hacemos proyecciones de escenarios y sensibilizamos distintas variables de precios, inflación y tipo de cambio, se torna cada vez más fundamental la planificación financiera, gestión de liquidez y la planificación fiscal.
Estamos en una situación de restricciones cambiarias con proyecciones de acuerdo al REM para los próximos 12 meses que dan lugar a una tasa de interés real negativa. Y si tenemos en cuenta en el Rofex la posición del futuro de dólar para may-21, tenemos una tasa implícita en orden del 55%. Esto lleva a que el productor necesite mirar el negocio agropecuario de manera global teniendo en cuenta todas las aristas que afectan al mismo para poder captar las mejores herramientas disponibles.
