La campaña de invierno 2025 instala a la chía como un cultivo estratégico para Bolivia. Gracias a lluvias oportunas y temperaturas estables, áreas productivas reportan plantas vigorosas y uniformes, lo que permite estimaciones de rendimiento hasta un 40% superior respecto al año pasado. A esto se suma la apertura del mercado chino, que garantiza precios atractivos y genera nuevas expectativas para el campo boliviano.
En zonas como Pozo del Tigre, el rendimiento promedio tradicional es de 0,5t/ha, pero se proyecta que alcance 0,7t/ha. Además, la superficie sembrada crece alrededor de un 62%, pasando de 8.000 a 13.000ha en el último año, mientras que en Santa Cruz ya participan unos mil productores, movilizando aproximadamente 50.000ha para la campaña.
El clima favorable ha sido un factor determinante: lluvias regulares y temperaturas constantes reducen el estrés hídrico y la presión de plagas, mejorando notablemente la sanidad vegetal. Por otro lado, el mercado internacional ha sido un catalizador clave. La exportación a China no solo ha impulsado los precios -algunos productores reportan subas de USD1.200-1.500/t hasta niveles de USD2.500/t-, sino que también habilita la expansión productiva. "El mercado chino nos abre la posibilidad de aumentar nuestra área y pensar en la chía como un negocio principal", afirman referentes del sector.
El uso de sistemas de riego ajustado, diagnóstico permanente del estado hídrico y control integrado de plagas está optimizando la eficiencia técnica. La certificación para exportación también se ha fortalecido con mayores exigencias fitosanitarias y de calidad imprescindibles para el mercado asiático.
Entre los desafíos que enfrenta el sector destacan la necesidad de consolidar la sostenibilidad técnica y económica para mantener los niveles de rendimiento alcanzados. Además, se vuelve crucial mejorar la infraestructura y logística exportadora, especialmente desde regiones alejadas de Santa Cruz. Por otro lado, el acceso al crédito agropecuario y los incentivos estatales resultan fundamentales para acompañar a pequeños y medianos productores que desean sumarse a esta tendencia.
Desde el campo, testimonios dan cuenta del optimismo: "Sembramos 400ha y esperamos mejor cosecha y precios gracias al mercado chino", dice Juan Carlos Gonzales, productor en Pozo del Tigre. Desde Anapo, Edmundo Farel proyecta una siembra de 50.000ha y una cosecha de 25.000t, con posibilidad de superación si las condiciones se mantienen.
El impulso que la campaña de invierno 2025 ha dado a la chía boliviana combina condiciones climáticas óptimas y el catalizador de la exportación a China. Con precios en alza y rendimientos mejorados, la chía emerge como una herramienta de diversificación, rentabilidad y sustentabilidad para los productores. El desafío ahora será institucionalizar estas ventajas mediante políticas públicas, acceso a financiación, logística eficiente y acompañamiento técnico. Si logra integrarse en una cadena de valor consolidada, Bolivia podría elevar su protagonismo en el mercado mundial de este superalimento