En el segundo trimestre del año, los precios internacionales de los granos agrícolas muestran una tendencia a la baja, y los expertos pronostican que esta situación continuará. Por ejemplo, la soja ha alcanzado mínimos de 17 meses en la Bolsa de Chicago (CME), el principal mercado global. Después de haber alcanzado máximos de US$570 por tonelada en los primeros meses del año, ahora oscila entre US$480 y US$500 por tonelada. Según estimaciones preliminares, Argentina ya habría perdido alrededor de US$1300 millones entre mediados de abril y mediados de mayo, lo cual representa una preocupación para el país, especialmente tras el impacto de la sequía.
El analista Eugenio Irazuegui, de la firma Zeni, destaca que esta tendencia se suma al récord de producción de Brasil, que ha superado los 155 millones de toneladas. Brasil ha destinado volúmenes significativos al mercado de exportación, con China como principal destino, seguido de España, Tailandia y Turquía, entre otros.
En este contexto, Argentina se ve en la necesidad de importar soja de Brasil para cubrir parcialmente las necesidades de su industria local. Por otro lado, Estados Unidos está experimentando un inicio favorable en la siembra 2023/24, lo que apunta a una recomposición de sus reservas.
Sol Arcidiácono, responsable de las Operaciones de Latinoamérica de HedgePoint Global Markets, advierte que la situación es complicada para Argentina, ya que el país depende de los precios internacionales y debe ser competitivo para competir en el mercado. Arcidiácono destaca que Brasil tiene una oferta abrumadora de soja y maíz, generando un exceso de oferta. Además, señala que el mundo está experimentando un cambio estructural, con una demanda más débil y una menor liquidez, lo que afecta los precios de las commodities.
La experta también destaca que Brasil está superando a Argentina en la exportación de harina de soja, lo cual representa un desafío para el país. Ante esta situación, se plantea la necesidad de reevaluar las reglas en el sector agropecuario para garantizar la sostenibilidad de todas las partes involucradas.
En resumen, la combinación de la caída en la cosecha y los valores internacionales está afectando la actividad económica en las regiones agrícolas de Argentina. Los expertos pronostican una tendencia bajista a corto y mediano plazo para los precios de la soja y el maíz, debido a la gran cosecha en Brasil y las condiciones económicas globales.
Desde la Bolsa de Cereales de Córdoba, Gonzalo Agusto añade que, aunque los precios en Chicago no son malos y siguen relativamente altos, no alcanzan los niveles registrados entre 2009 y 2014. Estos factores, sumados a la estabilidad en el mercado y otros elementos económicos, influyen en la perspectiva desfavorable para los precios de los granos en el mercado internacional.
