Que el gobierno del presidente, Jair Bolsonaro, eligiese la foto de un hombre armado con un rifle para conmemorar el Día del Agricultor no fue bien recibido por la sociedad brasileña, que expresó su firme rechazo en las redes sociales y llevó al Ejecutivo a borrar la publicación.
"Hoy rendimos homenaje a los agricultores brasileños, trabajadores que no se pararon durante la crisis del covid-19 y garantizaron alimentos en las mesas de millones de personas en Brasil y en todo el mundo", apuntó en un mensaje la Secretaria de Comunicación Social (Secom).
El texto también resaltaba que el presidente redujo la "invasión de tierras" y amplió "la pose de armas del propietario rural a toda su propiedad", en referencia a una ley sancionada en 2019, que permite utilizar las armas en toda la propiedad y no solo en la hacienda, como permitía la legislación anterior.
Muy pronto, el tuit corrió como la pólvora en Twitter. "Este post no representa a los agricultores brasileños. No andamos con armas al hombro, pero con el sudor de quien trabaja honestamente de sol a sol. Esta publicación es una vergüenza para el sector, para las mujeres y hombre de campo el Brasil. Absurdo", contestó Marcello Britto, presidente de la Asociación brasileña de la Agroindustria.
Por su parte, el diputado Valmir Assunção, militante del Movimento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), apuntó: "El gobierno de los ruralistas asume que es responsable de la violencia en el campo. ¡Al final, el agricultor de verdad produce alimento, no violencia!", exclamó.
"Estoy intentando entender la relación entre un agricultor y un hombre armado", comentó un internauta.
Cifra récord de conflictos en el campo
Según la Comisión Pastoral de la Tierra, el año pasado se registraron en Brasil 2.054 conflictos en el campo -disputas por tierras, aguas o entre trabajadores-, lo que afectó a casi un millón de personas. Se trata de las cifras más altas desde 1985, fecha en la que la entidad comenzó este seguimiento.
La mayoría de estos conflictos estuvieron relacionados con los pueblos indígenas, quilombolas y los trabajadores rurales sin tierra, y la gran parte ocurrió en la Amazonía, incluso en territorios indígenas demarcados desde hace años.
Desde el comienzo de su mandato, Bolsonaro se ha mostrado contrario a la demarcación de tierras indígenas y partidario de abrir las zonas protegidas a la agricultura y a la minería.
"Mi colega del campo que tienes una hacienda, ya no tienes la preocupación de despertar con tu hacienda siendo demarcada como tierra indígena o quilombola", afirmó el martes en una conversación con sus seguidores fuera de su residencia oficial en Brasilia.
El ultraderechista también se vanaglorió de su política armamentística. "Creo que ya tienes tu arma dentro de tu hacienda, puedes usar tu arma ahora dentro, en todo el perímetro de tu hacienda", comentó.
Desde que llegó al poder en 2019, Bolsonaro ha firmado más de 30 actos normativos para flexibilizar el acceso a las armas, varios de los cuales fueron obstaculizados por el Congreso.
Según el Anuario Brasileño de Seguridad Pública (ABSP ), el número de armas a manos de civiles se dobló en tres años. La Policía Federal contabilizó 637.972 registros de armas en 2017, mientras que en 2020 el número se situó en 1.279.491.
