Preocupaciones de demanda y problemas logísticos, aunque el progreso actual de las reservas es respetable en comparación con las predicciones de exportación para todo el año.
La salud de las ventas a futuro y las intenciones del principal comprador de China todavía están en el aire, aunque las sólidas proyecciones de exportación del gobierno de EE. UU. No han dejado mucho margen para la holgura.
Al 16 de septiembre, los compromisos de maíz de EE. UU. Para la campaña comercial 2021-22 que comenzó este mes totalizaron 24,95 millones de toneladas (982 millones de bushels), el nivel más alto para la fecha en al menos 15 años.
Eso es un 12% por encima del ritmo de hace un año y representa el 40% del pronóstico de exportación de 2021-22 del Departamento de Agricultura de EE. UU. De 62,9 millones de toneladas (2,475 mil millones de bushels). Aproximadamente el 38% del pronóstico del gobierno se cubrió en la misma fecha en 2020.
En promedio, las ventas de maíz a mediados de septiembre cubren alrededor del 28-30% de las perspectivas de septiembre del USDA, y la ventaja de este año se puede atribuir en gran medida a la participación de China de 11,9 millones de toneladas.
Las reservas de maíz en EE. UU. No son necesariamente malas sin China, ya que los 13 millones de toneladas vendidas a otros destinos a partir del 16 de septiembre están cerca de los promedios recientes y ligeramente superiores a los de 2020.
Durante el último año, las compras de maíz de China se han realizado principalmente en grandes cantidades, a diferencia de sus compras más constantes de soja. Los compradores chinos han estado inactivos en el mercado de maíz de EE. UU. Desde mayo y no se sabe cuándo podría aterrizar otra ronda.
Pero se cree que China está cosechando una excelente cosecha de maíz en este momento y los precios lo reflejan. El miércoles, los futuros de maíz más activos en la bolsa de Dalian de China alcanzaron la marca más baja en un año, un 16% menos que el máximo histórico establecido en enero.
Beijing redujo el jueves su objetivo de inventario de hato de cerdas para los próximos cinco años en un intento por estabilizar la caída de los precios de la carne de cerdo y garantizar el suministro. Esto, junto con las cosechas nacionales más grandes, se suma a las preocupaciones generales de que la demanda de piensos de China podría decepcionar.
No está claro cuánto más maíz estadounidense se prevé que reclamará China, pero cumplir con el objetivo de exportación del USDA no requeriría que China cumpla con la cosecha del año pasado si otra demanda es al menos rutinaria.
SOJA
Al 16 de septiembre, los exportadores estadounidenses habían vendido 23,2 millones de toneladas (852 millones de bushels) de soja para el período 2021-22, lo que representa el 41% de la perspectiva anual del USDA de 56,9 millones de toneladas (2,09 mil millones de bushels). Eso es un tercio más bajo que el volumen de hace un año, pero respetable en comparación con otros años.
Ese 41% está bien, pero un poco bajo en comparación con años anteriores con expectativas igualmente sólidas a partir de septiembre. Alrededor del 60% de la proyección del año anterior del USDA se había vendido a mediados de septiembre, y las exportaciones de 2020-21 finalmente alcanzaron un volumen récord.
Las ventas futuras de soja en Estados Unidos dependen en gran medida de China, que se convertirá en la cosecha potencialmente récord de Brasil a principios del próximo año, por lo que los próximos tres o cuatro meses son clave. También dependen de la capacidad de exportación de EE. UU., Que aún no está en plena potencia tras los daños causados por el huracán en las terminales del Golfo.
Las consecuencias del huracán han obstaculizado significativamente el inicio de 2021-22, y eso puede estar afectando las decisiones de los compradores. China canceló la semana pasada los cargamentos de soja estadounidense para el envío de octubre y compró frijoles brasileños más caros, algo muy inusual para la época del año.
El maíz y la soja inspeccionados para la exportación del 1 al 16 de septiembre totalizaron solo 1,4 millones de toneladas, más del 60% por debajo del promedio de 10 años. Ese es el peor comienzo en la historia de los datos desde 1983.
Alrededor de 6,8 millones de toneladas de maíz y soja habían sido inspeccionadas para la misma fecha del año pasado, justo por debajo del máximo histórico de 2016 de 7,3 millones.
Las opiniones expresadas aquí pertenecen al autor, un analista de mercado de Reuters.
