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¿Vale la pena fumigar con drones? El debate que se instala en los campos de Brasil

Más autonomía, precisión y eficiencia, pero también inversión, planificación y dudas técnicas. Un nuevo informe de Embrapa pone sobre la mesa las claves para entender el futuro de la fumigación con drones

Los drones están ganando terreno en los cielos rurales de Brasil. Su uso en agricultura no es nuevo, pero su adopción crece de manera exponencial, especialmente en tareas de fumigación, monitoreo, mapeo y análisis georreferenciado. Sin embargo, la gran pregunta persiste: ¿conviene que el productor invierta en su propio dron o es mejor contratar un servicio especializado?

Esa duda es el eje central del documento "Uso de drones agrícolas en Brasil: de la investigación a la práctica", recientemente publicado por Embrapa Soja (Documento 474). Elaborado por el investigador Rafael Moreira Soares y el empresario Eugênio Passos Schröder, el informe ofrece una mirada integral sobre el estado actual de la tecnología, su marco regulatorio, aplicaciones en campo y desafíos técnicos aún pendientes.

¿Qué cultivos ya lo están usando y con qué resultados?

Según Embrapa, los drones agrícolas ya se emplean en cultivos de soja, arroz, caña de azúcar, café y frutales, entre otros. Los equipos más comunes son multirrotores y drones de ala fija eléctricos, dotados de sensores y software especializados. Se utilizan tanto para aplicaciones de productos líquidos y sólidos, como para tareas de monitoreo y diagnóstico temprano de plagas o deficiencias nutricionales.

Aunque los resultados iniciales son prometedores, todavía faltan estudios sistemáticos que determinen la eficacia completa de los drones en comparación con pulverizadores terrestres o aviones agrícolas. Factores como la velocidad, altura de aplicación, cobertura, uniformidad de las gotas y control del objetivo biológico requieren más análisis y estandarización.

Tecnología en evolución: el caso de las boquillas rotativas

Uno de los avances recientes más destacados es la incorporación de boquillas rotativas, que reemplazan las tradicionales puntas hidráulicas. Este cambio permite un mayor control del tamaño de las gotas, reduciendo la deriva y aumentando la precisión. Según Soares, la posibilidad de trabajar con espectros de gotas que van de finas a ultra gruesas representa un salto cualitativo en la eficiencia de la aplicación.

¿Invertir o tercerizar? Dos caminos, distintas implicancias

Con la llegada al mercado de drones con tanques de hasta 40 litros, capaces de cubrir más de 100 hectáreas por día, el modelo de negocio cambia. Para productores con infraestructura básica, la inversión en un dron puede ser menor que contratar servicios externos, sobre todo si ya cuentan con vehículo, personal y mezcladora.

En cambio, montar un servicio profesional de fumigación con drones implica un costo tres veces superior al valor del equipo, según Schröder. Se deben considerar vehículos, accesorios, software, estructura administrativa y capital de trabajo. Por eso, se recomienda una planificación detallada y un análisis financiero riguroso antes de embarcarse en este tipo de emprendimiento.

El dron, más que un equipo: una decisión estratégica

El informe de Embrapa deja en claro que el uso de drones en la agricultura no es una moda, sino una tecnología en expansión con gran potencial. Pero también advierte que su adopción no debe basarse solo en la novedad, sino en una evaluación crítica de las necesidades, condiciones del predio, escala de producción y retorno esperado.

Brasil avanza hacia una agricultura cada vez más inteligente y automatizada. En ese camino, los drones representan una herramienta potente, pero no exenta de desafíos. La clave está en decidir con información y estrategia, no por impulso.

Agrolatam.com
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