Brasil avanza en el mapeo genético del capim-elefante con potencial para transformar la ganadería tropical
Científicos identificaron genes ligados a productividad, valor nutritivo y resistencia climática en la principal forrajera tropical del país.
Un estudio internacional con participación de Embrapa descifró los genomas de más de 450 variedades de capim-elefante (Cenchrus purpureus), planta clave para la pecuaria tropical y la bioenergía. Los resultados, publicados en la revista científica G3: Genes|Genomes|Genetics, representan un avance histórico en el mejoramiento genético de forrajeras, con aplicaciones directas en la nutrición del ganado y la generación de biomasa renovable.
El trabajo, coordinado por el International Livestock Research Institute (ILRI), con sede en Kenia, contó con la participación de nueve instituciones de tres continentes, entre ellas la Embrapa Gado de Leite (Brasil), el USDA (Estados Unidos), la Universidad de Lanzhou (China) y la Kenya Agricultural and Livestock Research Organization. La colaboración permitió reunir muestras de 18 países y analizar más de 170 millones de variaciones genéticas en el ADN de la especie.
Los investigadores identificaron genes asociados a productividad, contenido de nitrógeno, biomasa y digestibilidad, parámetros decisivos para la alimentación bovina en regiones tropicales. Según el investigador Jorge Fernando Pereira, de Embrapa, esta información "permitirá desarrollar variedades más productivas, tolerantes a la sequía y menos dependientes de fertilizantes".
Biotecnología para una ganadería más resiliente y sostenible
A partir de estos datos, el equipo realizó un estudio de asociación genómica (GWAS) que localizó regiones del ADN relacionadas con características agronómicas deseables, conocidas como QTLs (Quantitative Trait Loci). Los avances permitirán acelerar los programas de mejoramiento genético, orientando la selección de materiales con mayor valor nutritivo y eficiencia en el uso de nutrientes.
La investigadora Ana Luisa Sousa Azevedo, también de Embrapa, explicó que el secuenciamiento genético "abre espacio para la aplicación de herramientas genómicas y experimentos de edición génica, lo que elevará el potencial productivo y nutricional del capim-elefante". Este conocimiento facilitará optimizar cultivares ya exitosos -como BRS Capiaçu, destinada a silaje, y BRS Kurumi, adaptada al pastoreo directo- y desarrollar nuevas líneas más adaptadas al cambio climático.
Originario de África, el capim-elefante se consolidó como una de las gramíneas más utilizadas en América Latina por su rápido crecimiento y alta productividad. En Brasil, cubre millones de hectáreas destinadas a forraje bovino y producción de biomasa energética. Su alta capacidad de crecimiento convierte a esta especie en un recurso estratégico tanto para la alimentación animal como para la bioeconomía verde.
El estudio también resalta el potencial del capim-elefante como fuente renovable de energía, aplicable a la producción de etanol celulósico, biogás y biometano. Para el investigador Juarez Campolina Machado, "la elevada producción de biomasa y el bajo costo de cultivo hacen de esta gramínea una alternativa estratégica para generar electricidad, biocombustibles o biocarbón, ampliando las rutas tecnológicas sostenibles".
Con el avance de la biotecnología, los especialistas coinciden en que el capim-elefante se perfila como plataforma clave para la ganadería tropical del futuro. El conocimiento detallado de su genoma refuerza el papel de Brasil y de Embrapa como referentes en ciencia aplicada al agro y en el desarrollo de soluciones sustentables frente a los desafíos productivos y climáticos que enfrenta la región.