Las últimas lluvias vinculadas al huracán Erick han provocado inundaciones y deslizamientos en diversas zonas del país, aislando comunidades rurales y complicando las labores del campo. En áreas como Ocotepeque, Valle, Yoro, Copán, Intibucá y La Paz, miles de personas se han visto afectadas por el corte de vías de acceso, generando dificultades para el transporte de insumos y productos agrícolas.

En algunos municipios del occidente se reportaron alrededor de 15000 habitantes aislados debido al nivel crítico de ríos que se desbordaron y rompieron bordos. Más de 700 familias se han visto directamente perjudicadas por anegamientos, derrumbes y daños en viviendas y rutas rurales.

El exceso de agua ha dejado parcelas con graves signos de saturación, afectando cultivos de granos, hortalizas y frutales. Las siembras en curso han sufrido retrasos o cancelaciones, y la logística de acopio enfrenta serios cuellos de botella debido a las rutas intransitables.

En potreros inundados, los animales han perdido acceso a zonas de pastoreo y a agua limpia. La humedad favorece la aparición de enfermedades podales y parasitarias, lo que requiere intervenciones sanitarias urgentes para minimizar riesgos a la salud de los hatos.

Logística agroexportadora interrumpida

El corte de tramos rurales impacta el flujo hacia centros de acopio y rutas de exportación, especialmente para productos hortofrutícolas. Esta realidad aumenta los márgenes de pérdida por demora y encarece el transporte, justo cuando el sector busca recuperar su dinamismo tras la temporada de lluvias.

Las autoridades han activado brigadas para monitorear ríos, reforzar bordos y establecer albergues temporales. Se han instalado puestos de emergencia dotados de insumos primeros auxilios y alimentos, mientras se recomienda a la población evitar cruces de ríos crecidos y mantenerse informada a través de estaciones comunitarias.

Balance climático-productivo

La adversidad climática ha puesto en evidencias los desafíos de infraestructura rural: caminos, pasos de agua y obras de contención que no resisten lluvias intensas. El sector agropecuario y las autoridades tendrán que trabajar de manera conjunta para reconstruir el sistema productivo, fortalecer rutas logísticas y proteger a las comunidades rurales en futuras emergencias.