Agricultura

Cambio Climático en América Latina: Impacto directo sobre agricultura, salud y economía regional

El calentamiento global ya no es solo una preocupación ambiental. En América Latina, el cambio climático amenaza los pilares productivos, sanitarios y sociales, y demanda acción urgente.

El cambio climático ha dejado de ser una cuestión ambiental para transformarse en un desafío económico, sanitario y productivo de enorme magnitud en América Latina. Así lo expone un reciente informe del Foro Económico Mundial (WEF), desarrollado junto a Boston Consulting Group, que advierte sobre los efectos devastadores que tendrá la inacción climática en la región durante los próximos 25 años. Las proyecciones no son alentadoras: se estima que 14,5 millones de muertes adicionales podrían ocurrir en todo el mundo a causa de fenómenos extremos, enfermedades vectoriales y crisis alimentarias, con América Latina entre las zonas más vulnerables.

La alta urbanización, la dependencia del sector agrícola y las fuertes desigualdades sociales configuran un escenario de alta exposición para millones de personas. No se trata solo de un problema de salud o medio ambiente, sino de una amenaza directa a la estabilidad económica regional. Según el informe, la falta de estrategias de adaptación podría derivar en pérdidas multimillonarias, deteriorando aún más las condiciones estructurales de los países latinoamericanos.

Cambio Climático en América Latina: Impacto directo sobre agricultura, salud y economía regional

Uno de los sectores más expuestos es la agricultura, columna vertebral de muchas economías de la región. El WEF proyecta que hacia 2050, 24 millones de personas adicionales estarán en riesgo de inseguridad alimentaria debido al descenso en la productividad agrícola. En contextos como el latinoamericano, donde el agro representa cerca del 5% del PBI y emplea a más del 14% de la fuerza laboral, esta situación tendría un impacto profundo. Ya se observan consecuencias: las sequías prolongadas en el Cono Sur y las lluvias intensas en América Central comprometen cultivos estratégicos como soja, café y maíz. Además, el informe estima que el sector agrícola sufrirá a nivel global pérdidas por USD 740.000 millones en productividad laboral entre 2025 y 2050.

Los efectos no se limitan al campo. En las ciudades, donde vive más del 80% de la población latinoamericana, los riesgos son igualmente graves. El fenómeno de las "islas de calor" urbanas, combinado con déficit habitacional, contaminación y servicios precarios, agrava las enfermedades respiratorias, los golpes de calor y eleva la mortalidad en adultos mayores y sectores vulnerables. La falta de infraestructura resiliente a fenómenos extremos como inundaciones, tormentas o elevadas temperaturas pone en jaque no solo la salud de la población sino también sectores como la construcción, que según el informe perdería hasta USD 570.000 millones en productividad global. Gran parte de esta fuerza laboral en América Latina está compuesta por migrantes o trabajadores informales, lo que incrementa su exposición al riesgo y limita el acceso a servicios de salud y protección social.

Cambio Climático en América Latina: Impacto directo sobre agricultura, salud y economía regional

En paralelo, el sistema de salud enfrenta una presión creciente. La región ya convive con grandes desigualdades en el acceso a la atención médica, lo que se intensificará con el aumento de enfermedades relacionadas al clima. Las olas de calor saturan los hospitales públicos y enfermedades como el dengue -cuyo vector se expande con la temperatura- ya registraron récords históricos en 2023 y 2024, según la OPS. El informe del WEF prevé que el sector sanitario deberá afrontar USD 1,1 billón en costos adicionales de tratamiento hacia 2050, mientras que la productividad laboral podría caer en USD 200.000 millones, con consecuencias directas sobre la disponibilidad de personal médico y la calidad de la atención.

En este contexto, el sector asegurador también será clave. Solo el 8% de la población de bajos ingresos cuenta con algún tipo de cobertura médica, lo que refleja una carencia estructural frente a un escenario de creciente siniestralidad climática. Las aseguradoras pueden desempeñar un rol central en el desarrollo de productos adaptados, fomentando la prevención de riesgos, la inversión en resiliencia y el acompañamiento a gobiernos y empresas. Pero sin políticas activas que amplíen la cobertura y fortalezcan los mecanismos de protección, los impactos económicos y sociales podrían multiplicarse.

A pesar de este panorama desafiante, el informe subraya que actuar hoy es no solo posible sino más rentable que esperar. La región tiene activos estratégicos para enfrentar la crisis: alta biodiversidad, potencial de energías renovables, conocimientos en agricultura sostenible y una demografía dinámica. Con el apoyo de financiamiento internacional, la digitalización de datos sanitarios y climáticos, y el estímulo a la adopción de tecnologías resilientes, América Latina puede transformar la amenaza en una oportunidad para liderar una nueva agenda de crecimiento verde e inclusivo.

La falta de acción comprometería la salud de millones y generaría pérdidas que los países difícilmente podrían absorber. Invertir en resiliencia no es solo una cuestión ambiental o sanitaria, es una decisión económica estratégica. La región aún está a tiempo de responder con firmeza ante un desafío que redefine su futuro.

Agrolatam.com
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