Cuba respalda fallo de la Corte Internacional de Justicia sobre cambio climático y pide responsabilidad global
La Corte Internacional de Justicia reconoce el deber de los Estados de actuar frente al calentamiento global. La Habana lo considera un paso clave hacia la justicia ambiental y la protección de los países más vulnerables.
Cuba expresó su respaldo al reciente dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre las obligaciones legales de los Estados en relación con el cambio climático, destacando su importancia histórica y su valor como instrumento jurídico para promover una mayor justicia ambiental global.
El documento de la CIJ establece que los Estados tienen el deber legal de proteger el medio ambiente y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, así como de prevenir y reparar los daños ocasionados a otros países, especialmente aquellos más vulnerables, como los pequeños Estados insulares y las naciones del Sur Global.
Desde La Habana, se señaló que este pronunciamiento refuerza la posición de Cuba y del grupo G77 + China, que desde hace años reclaman medidas concretas, diferenciadas y vinculantes por parte de los países industrializados, principales responsables históricos de la crisis climática.
Una oportunidad para reforzar el multilateralismo ambiental
"Este dictamen es una herramienta para exigir responsabilidades y corregir desigualdades profundas en la gobernanza climática internacional", afirmó un vocero de la Cancillería cubana. El país caribeño sostiene que la crisis climática no puede abordarse únicamente con compromisos voluntarios, y que es hora de que el derecho internacional recoja el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
Cuba, altamente expuesta a eventos climáticos extremos como huracanes, sequías y elevación del nivel del mar, ha insistido en foros internacionales en que el cambio climático amenaza la propia existencia de varias naciones insulares.
En ese sentido, el dictamen de la CIJ sienta un precedente para futuras demandas legales y políticas de reparación, tanto en materia ambiental como económica. También abre la puerta a mecanismos de financiamiento internacional más justos y accesibles, una de las grandes demandas de los países en desarrollo en las cumbres climáticas.
El gobierno cubano reiteró su compromiso con el Acuerdo de París y la Agenda 2030, y llamó a fortalecer la cooperación Sur-Sur como vía para compartir soluciones tecnológicas, financiamiento verde y resiliencia ante el calentamiento global.