Uruguay reduce el área de siembra de arroz para la zafra 2025/26 por costos y falta de agua
La Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) confirmó que la superficie será menor a la del ciclo anterior, debido a tres factores: costos altos, baja rentabilidad y restricciones hídricas.
La nueva campaña arrocera en Uruguay, correspondiente a la zafra 2025/26, comienza con un ajuste en la superficie de siembra. Según datos de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), el área destinada al cultivo será menor que en el ciclo anterior, en una decisión marcada por la necesidad de los productores de adaptarse a un escenario desafiante en materia de costos y disponibilidad de agua.
Tres razones principales explican la marcha atrás en la expansión del cultivo. La primera es el elevado costo de producción, que ha venido creciendo en los últimos años por el encarecimiento de insumos clave como fertilizantes, agroquímicos y combustibles. A esto se suma la presión de tarifas energéticas y servicios asociados al riego, que incrementan la inversión inicial de cada hectárea sembrada.
El segundo factor es la baja rentabilidad del negocio en la última zafra. Si bien Uruguay logró mantener un buen nivel de exportaciones y calidad del grano, los precios internacionales no siempre acompañaron el aumento de los costos. Esto dejó a muchos productores con márgenes ajustados e incluso pérdidas en determinadas zonas, lo que redujo el incentivo para ampliar el área en el nuevo ciclo.
La tercera causa es la restricción hídrica. El arroz es un cultivo intensivo en agua y depende de la disponibilidad en represas y sistemas de riego. Las condiciones climáticas recientes dejaron a varias zonas con reservas limitadas, lo que obligó a planificar una siembra más acotada para no comprometer la sostenibilidad del manejo del agua. Este aspecto es clave, ya que el riego es determinante no solo para el rendimiento, sino también para la calidad del grano que caracteriza al arroz uruguayo en los mercados internacionales.
La reducción del área cultivada marca un contraste con los buenos resultados productivos de campañas anteriores, cuando el arroz uruguayo consolidó su prestigio por calidad y colocación en mercados exigentes como Brasil, México, Perú y países del Medio Oriente. Sin embargo, la coyuntura obliga a replantear la estrategia de siembra y enfocarse en la eficiencia productiva, priorizando campos con mejor acceso al agua y mayor potencial de rendimiento.
Para los productores, el desafío inmediato será maximizar el uso de la superficie sembrada, optimizando el manejo de insumos y tecnología. En paralelo, el sector mantiene el reclamo de medidas de apoyo que permitan reducir costos y mejorar la competitividad frente a otros países productores, especialmente en un mercado global donde compiten gigantes como Tailandia, Vietnam e India.
La ACA adelantó que el monitoreo de la zafra será permanente, dado que las lluvias de primavera y verano podrían modificar el escenario hídrico y permitir ajustes durante el ciclo. No obstante, el arranque de la campaña confirma que el arroz uruguayo enfrentará un año más desafiante, donde la calidad y la eficiencia serán las cartas principales para sostener su liderazgo en los mercados internacionales.