Perú se encamina a superar a Chile y consolidarse como el quinto mayor exportador mundial de frutas
Impulsado por el dinamismo del arándano, el mango, la palta y la uva, Perú está a un paso de desplazar a Chile del quinto puesto en el ranking mundial de exportadores de frutas. El país andino consolida su posicionamiento global con un modelo productivo ágil, competitivo y en permanente transformación.
Perú está a un paso de lograr un nuevo hito en su historia agroexportadora: convertirse en el quinto mayor exportador mundial de frutas frescas, desplazando por primera vez a Chile, su tradicional competidor regional. Según estimaciones recientes del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el valor de las exportaciones peruanas de frutas alcanzaría los USD 5.300 millones al cierre del año, apenas por debajo de los USD 5.500 millones que proyecta Chile.
Este avance no es casual. Responde a una estrategia sostenida de diversificación productiva, tecnificación agrícola, apertura de mercados y posicionamiento de marca país. Hoy, Perú lidera a nivel global en exportaciones de arándanos, figura entre los primeros en palta y uva de mesa, y continúa expandiendo su presencia con mango, banano orgánico, cítricos y granada.
El crecimiento interanual en volumen exportado ha sido del 3,8%, mientras que en valor el aumento alcanza el 4,7%, impulsado tanto por una buena campaña agrícola como por la consolidación de mercados en Asia, Europa y Norteamérica. A esto se suma la capacidad del sector para responder con agilidad a los cambios logísticos, climáticos y regulatorios, factores que siguen afectando a muchos competidores.
"El agro peruano demuestra una vez más su capacidad de adaptación y visión estratégica. Hoy no solo hablamos de volumen, sino de calidad, trazabilidad y cumplimiento de estándares internacionales", señaló Raúl Díaz, analista de comercio exterior de frutas frescas. A su vez, remarcó que el crecimiento se ha dado incluso en contextos desafiantes, como crisis hídricas o inestabilidad política, lo que evidencia la fortaleza estructural del sector.
Una de las claves del avance ha sido la capacidad de integrar pequeños y medianos productores al circuito exportador, gracias a políticas de asociatividad, acceso a tecnología y certificaciones. También han sido determinantes los tratados de libre comercio y los acuerdos fitosanitarios firmados con mercados clave como China, Corea del Sur, India y Estados Unidos, que han permitido un mayor acceso y mejores condiciones comerciales.
Por su parte, Chile ha mantenido una presencia firme en los mercados, pero enfrenta desafíos vinculados a condiciones climáticas extremas, menor disponibilidad de agua y competencia creciente en productos donde antes era dominante, como la uva, el kiwi y las cerezas. Mientras tanto, Perú avanza con una franja agroexportadora que va desde Piura hasta Ica, con innovación genética, eficiencia logística y una oferta estacional complementaria a la de sus rivales.
El caso del arándano es emblemático: en menos de una década, Perú pasó de ser un actor marginal a convertirse en el primer exportador mundial del fruto, desplazando incluso a Estados Unidos y Chile. La palta también es un estandarte de crecimiento, con más de 30 mercados abiertos y un manejo técnico que permite exportar durante casi todo el año.
El reto ahora será mantener la competitividad sin comprometer la sostenibilidad, en un contexto donde los consumidores valoran cada vez más el origen, el uso eficiente del agua, el impacto social de las plantaciones y la huella de carbono. En ese sentido, muchas empresas peruanas ya trabajan con certificaciones ambientales, programas de responsabilidad social y prácticas de agricultura regenerativa.
Desde el Midagri también señalaron que se está impulsando una segunda generación de proyectos de riego tecnificado, digitalización agrícola, y acceso a financiamiento para seguir expandiendo la frontera frutícola de manera responsable. Esto será clave para mantener el ritmo de crecimiento sin perder competitividad ni generar tensiones en los ecosistemas locales.
Perú ya no es solo una promesa en el mercado de frutas. Es una realidad concreta, con números que lo respaldan, infraestructura que lo sostiene y productores que han aprendido a competir en las grandes ligas. La posibilidad de superar a Chile es solo un reflejo del momento que vive el país: uno de madurez exportadora, visión de largo plazo y liderazgo en la región.