Berries peruanas: el fruto que conquista mercados y ya está entre los cinco grandes del agro
Las berries peruanas consolidan su protagonismo en el portafolio agroexportador, escalando al quinto lugar entre los productos más exportados del sector agrícola. Un hito que ratifica el posicionamiento del Perú como potencia mundial en superfrutas de alto valor.
La agricultura peruana vuelve a marcar un récord, esta vez con sus frutos más pequeños pero de gran impacto. Según el último informe del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), las berries -con predominio de los arándanos- se posicionaron entre los cinco productos agrícolas más exportados del Perú durante el primer cuatrimestre de 2025.
Con un crecimiento interanual del 22,3% en valor exportado, las berries alcanzaron los US$ 249 millones entre enero y abril, consolidando un lugar destacado en el portafolio agroexportador nacional. Este resultado las ubica por encima de productos tradicionales como el café y el cacao en el ranking de ingresos generados por exportaciones agrarias.
El éxito de las berries no es casual. Se trata de un cultivo que combinó inteligencia comercial, innovación tecnológica y adaptación territorial. Perú supo aprovechar su clima, altitud y ventanas comerciales para convertirse en un actor clave en el hemisferio sur para el suministro de berries fuera de temporada.
Los arándanos representan más del 85% del total exportado, seguidos por fresas, frambuesas y moras, que también vienen ganando terreno, sobre todo en nichos de alta demanda en Europa y Norteamérica. Estados Unidos sigue siendo el principal destino, seguido de cerca por Países Bajos, China y Reino Unido.
La diversificación de zonas productivas ha sido clave para este crecimiento. Regiones como La Libertad, Lambayeque, Lima, Ica, Piura y Áncash concentran las mayores superficies de cultivo, pero ya se están iniciando nuevas plantaciones en Cusco, Arequipa y Junín, con miras a prolongar la campaña y abastecer nichos más exigentes.
Desde el sector privado destacan el rol de la innovación genética, la mejora en postcosecha y las certificaciones de calidad como herramientas para sostener el liderazgo internacional. A esto se suma una creciente articulación con pequeños y medianos productores, que se integran mediante esquemas de asociaciones, cooperativas y contratos con agroexportadoras.
Los retos no son menores. El mercado internacional exige altos estándares sanitarios, trazabilidad, residuos cero y prácticas sostenibles. Además, la logística sigue siendo un cuello de botella, especialmente en momentos de congestión portuaria o inestabilidad política.
Midagri ha reforzado sus programas de asistencia técnica, sanidad vegetal y promoción comercial, con el objetivo de que el crecimiento en volumen vaya acompañado de una mejora en la calidad y rentabilidad del productor.
La sostenibilidad también se vuelve un eje central. Muchas empresas están incorporando riego tecnificado, uso eficiente de fertilizantes y prácticas de agricultura regenerativa para responder tanto a exigencias de mercado como a los desafíos del cambio climático.
El consumidor global busca cada vez más alimentos saludables, de origen trazable y con impacto social positivo. En ese sentido, las berries peruanas representan una oportunidad estratégica para posicionar al país no solo como proveedor, sino como referente de una agricultura moderna, responsable y competitiva.
Se estima que, de mantenerse la tendencia, el cierre del año podría superar los US$ 1.300 millones en exportaciones de berries, afianzando aún más su liderazgo y ampliando el horizonte para nuevos mercados emergentes como India, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos.
Lo que antes era un cultivo incipiente, hoy es símbolo de éxito agroexportador. Las berries no solo generan divisas: también crean empleo rural, promueven la inclusión productiva y colocan al Perú en la cima de la fruticultura mundial.