Sudamérica refuerza su protagonismo global tras cosechas récord en un mercado de granos volátil
Producción excepcional en soja, maíz y trigo coloca a Uruguay, Argentina y Brasil en una posición de ventaja internacional. A pesar de desafíos logísticos y geopolíticos, los márgenes productivos y la diversificación de destinos consolidan a la región.
Sudamérica está aprovechando una ventana de oportunidad en el mercado internacional de granos gracias a cosechas récord en soja, maíz y trigo. Esta tendencia se observa con mayor nitidez en países clave como Brasil, Argentina y Uruguay, que han mejorado significativamente su competitividad frente a competidores globales, impulsados por economías de escala y eficiencia productiva.
El analista Federico Morixe subraya que el verdadero indicador de éxito no es el precio por tonelada, sino el margen neto del productor. Una cosecha abundante y costos bajos pueden resultar más rentables, incluso si el valor unitario del grano es menor, en comparación con ciclos con menor producción pero precios altos.
La sólida producción sudamericana llega en un contexto complejo: el mercado mundial experimenta una fuerte tensión geopolítica, evidenciada por conflictos en Medio Oriente, el enfrentamiento Rusia-Ucrania y la creciente rivalidad entre China y Taiwán. Estos eventos impactan los costos logísticos y elevan el precio del petróleo por encima de los USD70, encareciendo combustible y fertilizantes.
Otro factor determinante es el comportamiento de China, cuyo desvío de compras desde EE.UU., derivado de la guerra arancelaria, favorece el ingreso de granos sudamericanos. Brasil encabeza la lista, seguido de Argentina y Uruguay, este último con menor volumen pero necesidad de competir con márgenes más ajustados.
En Uruguay, la cosecha de soja alcanzó niveles históricos, con una superficie cercana a 1,3millones de hectáreas y un rendimiento promedio superior a 3,3t/ha. Esta producción excepcional brinda un colchón financiero para los agricultores, siempre que gestionen costos logísticos e insumos con eficiencia.
La próxima campaña de invierno también despierta expectativas. El desarrollo de los biocombustibles en EE.UU. podría generar una mayor demanda de aceites vegetales, apoyando cultivos como la colza. Además, los futuros de soja 2026 en Chicago ya superan los USD 400/ton, ofreciendo una señal positiva para la planificación de siembras.
Asimismo, la menor calidad de las cosechas de trigo y cebada en el Mar Negro está aportando un impulso adicional a la demanda sudamericana, posicionando a la región como alternativa confiable ante eventuales restricciones de oferta.
A pesar de estas fortalezas, el escenario continúa siendo volátil. Los precios pueden reaccionar bruscamente ante nuevas crisis geopolíticas, alteraciones climáticas o desbalances logísticos. Por ello, los productores optan por una estrategia que combine análisis técnico de mercado, acceso a financiamiento e inversión en infraestructura logística, buscando transformar oportunidades coyunturales en ventajas estructurales.