El importador estatal chino, Sinograin, realizó compras de soja estadounidense por casi 500.000 toneladas métricas esta semana, en un movimiento que podría estar orientado a reponer sus reservas estratégicas, según fuentes del mercado cercanas a la operación. Esta compra se produce en un contexto de creciente incertidumbre debido a las amenazas de nuevas tarifas impuestas por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, lo que podría afectar las futuras relaciones comerciales entre ambas potencias.
China es el principal comprador mundial de soja, un mercado crucial para los productores de soja tanto de EE.UU. como de Brasil, los dos principales proveedores globales. Sinograin, que se encarga de gestionar las reservas de granos del estado chino, optó por adquirir la soja estadounidense, a pesar de que la soja brasileña es más barata, un signo claro de que el objetivo podría no ser simplemente el apaciguamiento político, como sugieren algunos analistas, sino más bien garantizar un suministro estratégico.
Reponiendo las reservas ante el riesgo de aranceles
Las compras de soja de esta semana se suman a las ya realizadas la semana pasada, cuando Sinograin adquirió alrededor de 750.000 toneladas para su envío entre enero y marzo de 2024. Aunque los volúmenes siguen siendo modestos para Sinograin, que históricamente ha comprado millones de toneladas de una sola vez, la preferencia por los granos estadounidenses podría explicarse por razones de calidad y almacenamiento. "Los granos de Brasil se degradan más fácilmente durante el almacenamiento, por lo que no se utilizan para las reservas estratégicas", señaló un ejecutivo de la industria de la soja en China, quien pidió no ser identificado.
En este sentido, la soja estadounidense es vista como una opción más duradera, aunque a un costo más elevado. Según los datos de los operadores, Sinograin pagó entre 80 centavos y 1 dólar por bushel más que los precios de la soja brasileña para el período de entrega de marzo-abril. Este costo adicional no es casual, ya que, a diferencia de las trituradoras privadas chinas que priorizan el precio, Sinograin está más enfocada en la calidad del grano para garantizar su conservación a largo plazo.
Impacto de la posible guerra comercial y la caída de los precios
Este movimiento se produce en un momento en que los precios de la soja estadounidense han tocado sus niveles más bajos en cuatro años, afectados tanto por las tensiones comerciales entre EE.UU. y China como por las perspectivas de una cosecha récord en Brasil. Los márgenes de procesamiento de soja para convertirla en aceite y alimento para animales también están bajos, lo que ha ralentizado las importaciones por parte de las trituradoras privadas chinas.
Sin embargo, las compras de Sinograin no parecen estar orientadas principalmente a apaciguar las tensiones políticas con EE.UU. En lugar de tratarse de una respuesta directa a la administración de Trump, como algunos especulan, los analistas consideran que la compra tiene como objetivo fortalecer las reservas estratégicas de China. "Si el objetivo fuera apaciguamiento político, estaríamos hablando de millones de toneladas, no de una fracción de eso", comentó Dan Basse, presidente de AgResource Co.
¿Una respuesta estratégica o un intento de evitar mayores tensiones?
Los analistas también señalan que, si bien la cantidad de soja comprada no es tan significativa como otros acuerdos comerciales previos entre ambos países, como las compras de alrededor de 3 millones de toneladas antes de la cumbre de la APEC en noviembre de 2023, el contexto de las amenazas de Trump sobre nuevos aranceles podría estar influyendo en la estrategia de compras de China. Si Trump cumple con sus promesas de imponer tarifas adicionales a las importaciones de soja estadounidense, los precios podrían subir considerablemente, lo que haría que las importaciones estatales de Sinograin fueran una opción más atractiva debido a las posibles exenciones arancelarias.
En resumen, las recientes compras de Sinograin parecen ser una medida precautoria para asegurarse de que el país mantenga suficientes reservas estratégicas ante los riesgos derivados de una posible guerra comercial con EE.UU. y una inminente cosecha récord en Brasil. Aunque las tensiones políticas entre ambos países continúan siendo una preocupación para el mercado global de soja, este movimiento subraya la complejidad y los intereses estratégicos detrás de las decisiones comerciales de China en el sector agrícola.