Aranceles en suspenso: ¿Qué decidirá Trump y cómo afectará al agro Argentino en los próximos días?
La administración de Javier Milei logró negociar con Washington un posible arancel cero para hasta el 80% de las exportaciones argentinas, pero Donald Trump aún no definió si hará efectiva la excepción.
El 9 de julio no solo será una fecha patria para los argentinos. También podría marcar un punto de inflexión para el comercio exterior nacional y especialmente para el agro argentino, si Donald Trump decide incluir o excluir al país de su nuevo esquema arancelario global. Mientras la Casa Blanca lanza cartas a todo el mundo, la relación personal entre Trump y Javier Milei aún no alcanza para despejar la incertidumbre.
Argentina logró negociar una lista de 100 productos que tendrían arancel cero y que incluyen bienes industriales y agroindustriales de alto valor. Pero hasta el cierre de esta edición, la excepción aún no está firmada, y sectores estratégicos como el aluminio, el acero y posiblemente alimentos frescos y maquinaria agrícola siguen en la cuerda floja.
Qué Está en Juego: Exportaciones Estratégicas al Límite
Entre los productos que Argentina exporta a Estados Unidos y que podrían beneficiarse de un arancel cero están la carne vacuna, los limones tucumanos, el maní cordobés, maquinaria agrícola, agroquímicos, vinos, y frutas del Alto Valle. La negociación también contempla bienes de base industrial como autopartes, envases y herramientas para uso agropecuario.
Según datos oficiales, el país exportó en 2024 cerca de u$s630 millones entre acero y aluminio, sectores que Trump no quiere desproteger por considerar que están ligados a la seguridad nacional. En este caso, el aumento arancelario del 25 al 50% parece inamovible, y afectaría directamente a fabricantes nacionales con plantas en el norte y la provincia de Buenos Aires.
El Agro en el Centro del Tablero
Aunque el foco público está en el acero y el aluminio, el sector agroexportador observa con atención: si la decisión de Trump termina perjudicando también al comercio de alimentos procesados, aceites, biocombustibles o agroinsumos, las consecuencias podrían sentirse en toda la cadena de valor del campo argentino.
En este contexto, productos con valor agregado como la carne envasada, los preparados frutales, los aceites refinados y la maquinaria para la siembra directa o pulverización podrían estar en riesgo si quedan fuera de la lista de excepciones. El mismo riesgo corre el comercio de principios activos agroquímicos que Argentina importa desde India pero reexporta procesados hacia otros mercados.
Negociación Contrarreloj: Treguas, Dossiers y Geopolítica
Durante los 90 días de "tregua arancelaria" que vencen el 9 de julio, Argentina desplegó una intensa diplomacia técnica y política en Washington. Con base en un extenso informe del USTR, se identificaron asimetrías y restricciones que Estados Unidos reclama corregir, incluyendo:
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Retrasos en aprobaciones de agroquímicos y medicamentos,
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Falta de transparencia en indicaciones geográficas,
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Problemas de propiedad intelectual,
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y el impacto de mercados ilegales como La Salada y el Once, que aún figuran en listas negras de EE.UU.
A pesar de este panorama, la Cancillería argentina -liderada por Gerardo Werthein y Luis Kreckler- logró avances y obtuvo respaldo por la alianza ideológica y personal entre Milei y Trump. El resultado: una lista tentativa de 100 productos con arancel cero, que representarían el 70% a 80% del total exportable argentino al mercado norteamericano.
Lo que No se Negocia: Acero, Aluminio y Seguridad Nacional
Pese al canal abierto, Trump fue inflexible con el acero y el aluminio. Para la administración republicana, estos insumos están vinculados directamente a la seguridad estratégica y a la reindustrialización de EE.UU. La Argentina, sexto proveedor de aluminio, no logró modificar el arancel del 50%.
En palabras del decreto presidencial, este incremento busca "proporcionar un mayor apoyo a estas industrias y eliminar la amenaza a la seguridad nacional". En términos reales, esto podría limitar futuras inversiones en el sector metalúrgico local, impactando también en insumos para maquinaria agroindustrial.
A horas de que expire la tregua, el campo argentino se encuentra a la espera de una decisión que podría blindar o complicar seriamente su estrategia exportadora a uno de los mercados más exigentes del mundo. Si Trump firma el acuerdo con Milei, el agro ganaría competitividad; si no, deberá adaptarse rápidamente a un escenario de mayores costos y menor acceso.
La oportunidad está abierta, pero también el riesgo: una decisión comercial tomada en Washington podría tener efectos concretos en los rindes, la tecnificación y la rentabilidad del productor argentino.