China abre las puertas a la harina de soja argentina: primer envío confirmado para septiembre
Por primera vez, fabricantes del gigante asiático compraron 30.000 toneladas del principal producto exportador de la Argentina. El envío marcará un hito comercial clave y podría abrir un nuevo canal de divisas para el país.
En medio de un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y la necesidad de diversificación de suministros, Argentina logró un hito histórico: China aprobó la compra directa de harina de soja argentina. El primer envío confirmado será de 30.000 toneladas, con destino a la provincia de Guangdong, y se concretará en septiembre.
Se trata de la primera operación concreta desde que, en 2019, el gobierno chino habilitó el ingreso de este subproducto del complejo sojero argentino, el que más dólares genera para el país. La decisión fue tomada por un grupo de fabricantes chinos de alimentos para animales, quienes adquirieron la mercadería de forma conjunta, en un movimiento que puede cambiar el eje del comercio agrícola bilateral.
Un mercado estratégico que empieza a abrirse
China es el mayor consumidor mundial de harina de soja, fundamental para la alimentación porcina y avícola. Hasta ahora, el gigante asiático abastecía su industria local importando poroto de soja principalmente desde Brasil y Estados Unidos, que luego procesaba en destino.
Pero los riesgos crecientes en las relaciones comerciales entre Pekín y Washington están empujando a las industrias chinas a diversificar proveedores. En ese escenario, Argentina -líder global en exportación de aceite y harina de soja- aparece como una alternativa confiable y competitiva.
Lo que representa para la Argentina
Durante 2024, las exportaciones de harina y pellets de soja sumaron US$10.560 millones, según datos del INDEC. Ese monto representa el 13,2 % del total de las exportaciones argentinas de bienes, consolidando al complejo sojero como el principal generador de divisas para la economía nacional.
Si bien el volumen de este primer envío no es significativo en términos globales, marca el inicio de un vínculo comercial con potencial de gran escala, en un contexto en el que Argentina necesita con urgencia nuevas fuentes de ingreso de dólares genuinos.
Fuentes del sector agroexportador destacaron que esta apertura puede derivar en acuerdos de mayor volumen en los próximos meses y alentar inversiones en capacidad logística y portuaria para abastecer a clientes asiáticos desde el Gran Rosario.