Desde EMBRAPA, Sergio Abud expuso cómo el uso combinado de virus NPV y Trichogramma spp. en el manejo de plagas como Helicoverpa armigera redujo hasta un 60% el uso de insecticidas convencionales en cultivos extensivos. Además, detalló los beneficios económicos de la co-inoculación y el uso eficiente del agua, que representaron un ahorro estimado de 17 mil millones de dólares para el país.

En la misma línea, Fernando Dini Andreote (ESALQ - USP) destacó el rol de los microorganismos del suelo en la eficiencia de los agroecosistemas, proponiendo una visión sistémica que combine ciencia, biodiversidad y manejo de nutrientes.

Por su parte, Thales Facanelli Martins (Biotrop) puso sobre la mesa los principales retos del sector: desde la percepción de baja eficacia hasta la estabilidad de las formulaciones y las barreras regulatorias. Frente a esto, subrayó el desarrollo de nuevas tecnologías como emulsiones, suspensiones concentradas y procesos de fermentación avanzados que mejoran significativamente la vida útil y eficacia de los productos.

EE.UU.: bioinsumos estructurales y orientados al mercado

Nicolás Reinoso (The NetZero Project) explicó cómo los bioinsumos en EE.UU. ya se integran estructuralmente en los modelos productivos. Con el 37% de la superficie bajo siembra directa y un 12% en programas de carbono, su adopción se sostiene por el retorno sobre la inversión, el acceso a mercados diferenciados y la creciente demanda de los consumidores.

¿Y Argentina? Capacitación, ensayos y articulación, claves para escalar

El panel dejó en claro que la integración de bioinsumos no es una utopía. En contextos diversos, han demostrado mejorar rendimientos, reducir impactos y aportar a una agricultura regenerativa.

Para que estas soluciones tecnológicas tengan impacto en el agro argentino, se requiere una agenda concreta: capacitación técnica, rediseño de ensayos agronómicos, y un ecosistema colaborativo público-privado que facilite su implementación a escala.

CASAFE: compromiso con la innovación y las BPA

Con más de 1.000 asistentes de todo el país, la Edición Biológicos del Congreso CASAFE confirmó su lugar como espacio técnico de referencia. Desde la entidad, remarcaron que los bioinsumos son ya una herramienta estratégica, no solo para aumentar la competitividad, sino para alinear al agro argentino con las demandas globales en términos de sustentabilidad, eficiencia y valor agregado.