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El alivio duró poco: vuelve el peso completo de las retenciones para soja y maíz

Finalizó el esquema temporal de alícuotas reducidas y el Gobierno decidió no renovarlo para los cultivos de verano. La Mesa de Enlace advirtió sobre una presión fiscal "asfixiante" y exigió soluciones de fondo.

Concluyó el beneficio y volvió la carga: retenciones al tope para soja y maíz

La tregua impositiva fue breve. El domingo 30 de junio marcó el cierre de la ventana fiscal que había permitido a los productores comercializar soja y maíz con retenciones reducidas. A partir del 1° de julio, el Gobierno restableció las alícuotas plenas y desató una nueva ola de reclamos del campo.

La medida -que mantiene el beneficio para cultivos invernales como trigo y cebada- excluyó a los dos pilares de la agricultura argentina.

 Así, el poroto de soja vuelve a tributar un 33%, mientras que el aceite y la harina pasan al 31%. En el caso del maíz, la alícuota regresa al 12%, luego de haber estado temporalmente en 9,5%.

Liquidación récord antes del cierre

La anticipación de la suba generó un aluvión de ventas. El lunes 24 de junio se transformó en el día de mayor volumen de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) del año: se anotaron más de 1,7 millones de toneladas de soja para embarques entre julio y septiembre. La cifra refleja cómo el mercado se apresuró a aprovechar la ventaja antes de que venciera.

Entre enero y mayo, el agro liquidó divisas por 11.713 millones de dólares, un 29% más que en el mismo período del año anterior, según CIARA-CEC. No obstante, el retorno de las alícuotas más altas podría frenar el ritmo exportador en el segundo semestre.

El reclamo de la Mesa de Enlace

La decisión del Ejecutivo generó una reacción inmediata de la Mesa de Enlace. En un comunicado conjunto, las cuatro entidades rurales -Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria, Coninagro y Confederaciones Rurales- advirtieron que la presión fiscal es "asfixiante, inequitativa e injusta" y que las retenciones "distorsionan la economía y desalientan la inversión".

"Lo dijimos y lo seguiremos diciendo con firmeza: el sector necesita reglas de juego claras, previsibilidad y un horizonte que premie el esfuerzo productivo", señalaron los dirigentes agropecuarios, quienes sostienen reuniones periódicas con legisladores y funcionarios para intentar revertir el esquema impositivo vigente.

Requisitos más estrictos para exportar trigo y cebada

Los cultivos invernales que sí fueron beneficiados con la prórroga -trigo y cebada- deberán cumplir una nueva condición: liquidar el 90% de las divisas dentro de los 30 días hábiles posteriores a la DJVE. Este plazo duplica al que regía hasta ahora. Si no se cumple, los exportadores perderán el beneficio y tributarán la alícuota plena.

Desde el Ministerio de Economía justificaron la prórroga parcial como una medida orientada a "asegurar la eficacia de la exportación de cultivos cuya campaña aún está en desarrollo".

Impacto inmediato y clima tenso

El ajuste en los derechos de exportación ya tuvo efecto en los márgenes del sector exportador. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el poder teórico de compra cayó un 9% para soja y un 3% para maíz. La decisión oficial, tomada en un contexto de estabilización macroeconómica, reabre tensiones con un campo que pide menos medidas transitorias y más estrategia de largo plazo.

Agrolatam.com
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