El campo pide diálogo y reglas claras ante los cambios en el INTA
La Comisión de Enlace expresó preocupación por la falta de certezas institucionales tras el nuevo marco impulsado por el Gobierno y reclamó estabilidad, autonomía y participación.
Los productores exigen previsibilidad y participación
Ante las reformas impulsadas por el Gobierno nacional sobre el funcionamiento de organismos públicos clave para el agro, la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias emitió un comunicado en el que expresa su "incertidumbre y preocupación" por el rumbo institucional y la falta de consensos.
Los representantes de las principales entidades rurales señalaron que las modificaciones contenidas en el nuevo decreto afectan directamente la previsibilidad que necesita el sector productivo, en un país históricamente vulnerable a los vaivenes del poder político. "Estamos convencidos de que los organismos oficiales y las instituciones público-privadas deben contar con un funcionamiento autónomo y estable", remarcaron.
Un llamado a la madurez institucional
En el centro del reclamo aparece el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Si bien los productores admiten que el organismo necesita modernizarse, destacan que dicha transformación debe surgir del diálogo, no de la imposición. "Esperamos ser convocados para analizar el esquema que se propone y evaluar sus implicancias", plantearon.
La Comisión de Enlace recordó que han acompañado con propuestas constructivas durante todo el proceso y que el campo sigue apostando a un INTA fuerte, con recursos humanos potentes y capacidad federal de investigación, extensión y desarrollo.
Modernizar sí, pero con consenso
Para el agro argentino, la clave está en asegurar reglas claras y marcos estables que potencien la innovación, el arraigo rural y la competitividad productiva. "El desarrollo agroindustrial solo será posible si contamos con instituciones sólidas y previsibles", aseguraron.
El comunicado deja en claro que el campo no se opone a la evolución de las estructuras estatales, pero rechaza las decisiones unilaterales que pongan en riesgo décadas de construcción institucional. Y concluye con una advertencia: "Lo que se juega es mucho más que una reforma administrativa; se pone en discusión el modelo de desarrollo territorial y productivo del país".