Lo que comenzó como una declaración polémica se transformó en un termómetro de la economía. "Si está barato, comprá, campeón", dijo Luis "Toto" Caputo el pasado 2 de julio durante el Summit de IAE Business School. Desde entonces, el dólar oficial subió un 10,98% en apenas 29 días. 

 Ese día, la cotización se ubicaba en $1.248,43. Al cierre del 31 de julio, el billete verde alcanzó los $1.385,56, es decir, un aumento de $137,13. La frase, que buscaba defender el esquema de flotación cambiaria, hoy es citada como símbolo de un escenario económico cada vez más tenso.

Analistas señalan que el alza no solo refleja la volatilidad del tipo de cambio, sino también la falta de confianza en la capacidad del Gobierno para contener expectativas inflacionarias. "El dólar flota, pero también flota la incertidumbre", resumió un operador cambiario.

La escalada del dólar oficial marca un nuevo récord nominal y se suma a las presiones que enfrenta la economía argentina en un año donde la política también juega fuerte. Mientras el Gobierno busca transmitir calma tras la aprobación de un nuevo desembolso del FMI, la suba de la divisa reafirma la sensibilidad del mercado ante cualquier señal del equipo económico.