Maíz 2025/26: los costos ocultos que preocupan al productor
Aunque el suelo está bien provisto de humedad y se afianza el uso de tecnología de precisión, el aumento de los costos en labores y fletes complica la rentabilidad esperada para la próxima campaña de maíz. Un informe revela los números que encienden la alarma.
La campaña agrícola 2025/26 arranca con señales mixtas para el cultivo de maíz en la zona núcleo. Por un lado, los perfiles del suelo están cargados de humedad, lo que representa una condición favorable para la implantación. Pero, por el otro, los números económicos no cierran: los costos operativos están creciendo aceleradamente, en especial los asociados a fletes y labores, mientras que los precios internacionales muestran una tendencia a la baja. Un cóctel que preocupa a productores y técnicos por igual.
Según el consultor Julio Lieutier, con fuerte presencia en el norte de Buenos Aires, "hay un contexto general caracterizado por una caída de los precios esperados en dólares" para los tres cultivos principales: maíz, soja y trigo. Esto se suma a un aumento en casi todos los costos de estructura, particularmente en los fletes, que hoy absorben un porcentaje significativo del ingreso por tonelada cosechada.
El impacto del flete: una carga que pesa más que nunca
Lieutier trabaja con empresas que deben recorrer 200 km hasta el puerto, una distancia habitual en muchas explotaciones agrícolas del país. En esos casos, el flete representa el 31% del costo total de producción, una cifra alarmante en una actividad de márgenes tan ajustados. "Estos costos, más los del fertilizante, estructura y tasas de interés positivas, complican la agricultura 2025/26 y tornan negativos los resultados en campos arrendados de menor potencial", advierte.
El especialista estima que los márgenes brutos del maíz serán un 20% más bajos en promedio que los proyectados al comienzo del ciclo 2024/25. El impacto es mayor en zonas marginales o alejadas, donde el transporte y la logística encarecen todavía más el costo por tonelada.
¿Ajustar o sostener la rotación?
Pese al escenario adverso, Lieutier desaconseja alterar la rotación planificada. "La rotación es un seguro ante los imprevistos climáticos y la volatilidad de los mercados", señala, y subraya su papel estabilizador sobre los rendimientos.
Lo que sí sugiere es una revisión cuidadosa de los costos del maíz 2025/26: "Se puede ajustar un poco la tecnología de fertilización y las negociaciones con contratistas y fleteros", dice, aunque reconoce que "ellos también enfrentan una situación complicada".
Genética, tecnología y humedad: luces verdes entre tantas alertas
Otro eje para analizar es la elección del híbrido de maíz, dado que existen marcadas diferencias en los precios de la semilla. El consejo es claro: buscar un balance entre productividad, estabilidad genética y costo por hectárea.
En el plano positivo, el arranque de la campaña encuentra suelos bien provistos de agua, lo cual mejora las expectativas agronómicas. Además, crece el uso de tecnologías de agricultura de precisión, como el precision planting, que permite dosificar insumos de manera variable según el ambiente. Esta estrategia puede contribuir a mejorar la eficiencia sin comprometer el rinde.
Señales de advertencia para una campaña compleja
La campaña de maíz 2025/26 se perfila como un ciclo de alta exigencia en la gestión de costos y decisiones técnicas. Con precios internacionales debilitados y costos locales en ascenso, el productor deberá apelar a la eficiencia, la negociación y el conocimiento para sostener la rentabilidad. Las herramientas están, pero se necesitará un monitoreo constante del contexto y mucha capacidad de adaptación.