Milei baja retenciones: alivio en el campo, pero persisten las dudas
Productores y dirigentes coinciden en que es un paso importante, aunque advierten que los problemas estructurales siguen marcando el ritmo del agro argentino.
El anuncio del presidente Javier Milei sobre la reducción permanente de las retenciones a la carne, la soja y otros granos agitó el escenario agropecuario. La medida, presentada en la Exposición Rural de Palermo, fue recibida con aplausos y cautela: para algunos, significa un primer paso histórico; para otros, apenas un alivio parcial frente a las dificultades que aún arrastra el sector.
Entre quienes celebraron la decisión se encuentra Marcos Pereda Born, vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina. En su cuenta de X, sostuvo:
"La decisión del Presidente de reducir las retenciones es un gran avance que debemos celebrar. Reclamar lo que es justo de manera enérgica y sostenida rinde frutos. Es un primer gran paso hacia la eliminación definitiva".
Un respaldo similar llegó desde la industria exportadora. Gustavo Idígoras, presidente de la cámara de aceiteros y exportadores CIARA-CEC, destacó que las bajas impositivas generarán un incentivo inmediato:
"La reducción a la soja del 33% al 26% y del 12% al 9,5% para todos los granos será permanente. Eso tendrá un efecto favorable de mayor producción, que apoyamos totalmente".
Sin embargo, en la voz de los productores también se escucharon advertencias. Juan Neiman, ganadero de larga trayectoria, confesó que el optimismo viene acompañado de incertidumbre:
"El campo es el sector más libertario de la sociedad argentina. Las retenciones que padecemos desde hace años no existen en ninguna parte del mundo. El compromiso del Presidente es real, pero la situación no se arregla en tan poco tiempo. Él necesita tiempo, y no sé si estamos preparados para eso".
Neiman relató, además, las consecuencias que le dejaron los bloqueos a las exportaciones y la presión tributaria: "Tenía una empresa pujante y, de pronto, me fundí. Ahora apenas mantengo unos pocos animales para sobrevivir".
Según su análisis, mientras la ganadería encuentra oxígeno en la demanda internacional de carne, los cereales atraviesan una de las peores coyunturas de precios. "El mercado está saturado y los arrendatarios se benefician subiendo los alquileres, mientras los productores seguimos al límite", advirtió.
No obstante, destacó un punto a favor: la caída del precio de los insumos. "En 2019 el litro de glifosato costaba 3,90 dólares; con el gobierno de Alberto Fernández llegó a 11 dólares; hoy lo pagamos 4. Eso nos da aire para invertir y pensar en producir más", concluyó.
La baja de retenciones, entonces, aparece como un alivio parcial en un escenario todavía complejo, donde el campo espera que la promesa de transformación se convierta en una realidad más allá de los discursos.