Relación con China: por qué Argentina necesita una estrategia profesional y sostenida para aprovechar su potencial agroindustrial y minero
China mira a Argentina con interés, pero también con escepticismo ante la falta de políticas consistentes. La Cámara Argentino China advierte que sin planificación técnica, el país queda rezagado frente a competidores regionales que logran acuerdos estables en sectores clave como el agro, la energía y la minería.
La relación entre Argentina y China enfrenta un momento bisagra. Mientras el gigante asiático avanza con una visión de largo plazo basada en planificación y objetivos quinquenales, Argentina transita una agenda errática, con señales diplomáticas y comerciales contradictorias que preocupan a sus principales interlocutores en Pekín.
Así lo advierte Sergio Spadone, presidente de la Cámara Argentino China, quien desde su experiencia empresarial y cultural en el país asiático, pone el foco en la necesidad urgente de una estrategia técnica, profesional y sostenida para capitalizar las oportunidades que China ofrece en sectores clave como el agro, la minería, la energía y la logística.
Un socio que planifica décadas y exige previsibilidad
Mientras China promueve acuerdos con países vecinos de Argentina como Brasil, Chile y Perú en base a estabilidad institucional y continuidad de proyectos, en nuestro país los cambios de gobierno suelen desarmar avances previos, desde la adhesión a los BRICS hasta la participación en la Ruta de la Seda. Para Spadone, "no importa si el gobierno es de izquierda o derecha, lo importante es que haya una política de Estado clara y permanente".
Las idas y vueltas en proyectos como las represas de Santa Cruz, firmadas con empresas chinas hace más de una década y aún sin avances concretos, son ejemplos de una gestión errática que debilita la confianza.
Agroindustria: trazabilidad, calidad y origen, pero sin valor agregado
El campo argentino es uno de los pilares del vínculo comercial, aunque con desequilibrios. En 2023, el intercambio bilateral superó los u$s18.000 millones, pero con un déficit para Argentina de u$s6.000 millones. Exportamos principalmente porotos de soja, mientras que China dejó de comprar aceite al haber desarrollado su propia capacidad de procesamiento.
"El agro argentino tiene recursos valiosos, pero sin política de trazabilidad, calidad y diferenciación de origen, perdemos competitividad", advierte Spadone. Y subraya que la carne sola no alcanza para equilibrar la balanza, por lo que hay que diversificar y avanzar hacia productos con mayor valor agregado.
Minería e infraestructura: la gran oportunidad para transformar la relación
El litio, el cobre y el oro representan la mayor promesa para el comercio bilateral. Argentina comparte potencial geológico con Chile y Perú, pero aún no logra atraer la magnitud de inversiones que esos países ya consolidaron.
Spadone insiste en que este desarrollo debe ser con trabajo local, respeto ambiental y acuerdos con las comunidades, generando además derrames en transporte, energía y empleos calificados. Casos como el Parque Solar Cauchari en Jujuy, realizado con financiamiento y tecnología china, demuestran que con planificación y profesionalismo, es posible avanzar más allá de los vaivenes políticos.
El rol de las provincias y las pymes en la integración comercial
Desde la Cámara, trabajan activamente con gobernadores, pymes y productores regionales para generar vínculos directos con contrapartes chinas. "No se puede hacer negocios con China desde un escritorio en Buenos Aires", enfatiza Spadone. Los viajes de misión comercial, el conocimiento del terreno y el acompañamiento institucional son claves.
Además, el turismo podría ser otro canal estratégico: China eliminó la visa para ciudadanos argentinos. Replicar ese gesto y facilitar el ingreso de turistas y empresarios chinos podría significar ingresos importantes para economías regionales.