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Retenciones cero: entre la urgencia del Gobierno y el reclamo de previsibilidad del campo

El anuncio de la eliminación temporal de las retenciones generó expectativa en el mercado y polémica política. Mientras analistas calculan un ingreso de hasta US$8100 millones, desde Santa Fe reclaman reglas claras y una eliminación definitiva.

Maria Jose Huerta
Redacción AgroLatam.com

La decisión del Gobierno nacional de eliminar de manera transitoria las retenciones a todos los granos hasta el 31 de octubre, o hasta alcanzar un tope de US$7000 millones en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), sacudió al mercado agropecuario y abrió un debate que va mucho más allá de lo coyuntural.

Para los analistas, la medida implica un fuerte incentivo para los productores. Según estimaciones de la consultora AZ Group, el potencial de ventas supera los 30 millones de toneladas, con un valor cercano a US$8100 millones. A cambio, el Estado resignaría alrededor de US$1600 millones en derechos de exportación, en un contexto de reservas críticas en el Banco Central, que en las últimas semanas perdió más de US$1100 millones en intervenciones.

Los cálculos reflejan que el beneficio en precios podría ser considerable: la soja se ubicaría en torno a US$395-405 por tonelada, frente a los US$290 actuales, mientras que el maíz mejoraría de US$170 a unos US$190 por tonelada. El economista David Miazzo destacó que, a diferencia de los anteriores programas de "dólar soja", hoy no existe una brecha cambiaria que desaliente la liquidación. "No hay excusas para no vender", afirmó, al recordar que todavía quedan más de 20 millones de toneladas de soja sin comercializar, equivalentes a más de US$8000 millones.

Sin embargo, los especialistas también advierten sobre ciertos riesgos. Una liquidación masiva en un plazo de apenas 40 días podría tener un efecto depresivo en los precios internos, ya que los exportadores deberán ingresar las divisas dentro de los tres días posteriores a cada DJVE y solo quienes tengan mayor acceso a financiamiento externo podrán aprovechar plenamente la medida.

Maximiliano Pullaro

Maximiliano Pullaro

En paralelo a las expectativas del mercado, la decisión despertó un fuerte debate político. Desde Santa Fe, corazón productivo de la soja y el maíz, el gobernador Maximiliano Pullaro celebró la baja de retenciones, pero fue categórico al cuestionar su carácter temporal. "Queremos que las retenciones se eliminen para siempre, no de manera coyuntural ni electoralista. El campo necesita reglas claras para invertir y crecer", afirmó.

Gisela Scaglia

Gisela Scaglia

La vicegobernadora Gisela Scaglia coincidió en que "la baja siempre es una buena noticia", pero subrayó que "no alcanza con medidas transitorias ni atadas al calendario electoral". Según su visión, el agro requiere previsibilidad y políticas de Estado: "No se puede sembrar y cosechar con reglas que cambian cada 30 días".

Gustavo Puccini

Gustavo Puccini

El ministro de Producción de la provincia, Gustavo Puccini, fue todavía más duro al calificar la iniciativa como un "hot sale kirchnerista" para el campo, motivado únicamente por la necesidad desesperada de dólares y no por una estrategia de competitividad. En la misma línea, el secretario de Agricultura y Ganadería, Ignacio Mántaras, lamentó que los productores sigan enfrentando "manoseos" que atentan contra la confianza y la inversión de largo plazo.

A pesar de las críticas, los analistas coinciden en que la medida representa una oportunidad inmediata de ingresos para los productores, especialmente de soja y maíz, aunque con impactos colaterales. El encarecimiento de la oleaginosa, por ejemplo, podría trasladarse a los costos de alimentación animal y a los productos derivados, con subas de hasta un 35% en base soja.

En definitiva, el anuncio revela la tensión entre la urgencia financiera del Gobierno nacional y la necesidad de previsibilidad del sector agropecuario. Por un lado, la suspensión de retenciones puede aportar oxígeno en dólares en el corto plazo y mejorar el precio percibido por el productor. Pero, por otro, el carácter limitado de la medida y su evidente trasfondo electoral reavivan las críticas históricas de las provincias productivas y del propio campo, que reclama de manera unánime una eliminación definitiva de las retenciones y un marco macroeconómico estable que permita invertir con confianza.

Mientras el Gobierno busca sumar divisas urgentes, los productores vuelven a recordar que el agro argentino necesita políticas de largo aliento y no parches transitorios. El desafío no pasa solo por liquidar granos en las próximas semanas, sino por definir si la Argentina seguirá atada a medidas de emergencia o si se animará, finalmente, a construir un camino de competitividad sostenida para su principal motor económico.

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