El mundo de las carnes: tensiones comerciales y oportunidades en juego
Aranceles, acuerdos sanitarios y decisiones regulatorias impactan en el comercio global de carne. China, EE.UU., Brasil y Paraguay protagonizan una trama que redefine el mapa exportador.
El mercado mundial de carnes atraviesa semanas agitadas. Mientras Estados Unidos endurece su postura arancelaria, con un incremento del 25% que entra en vigor el 1 de agosto, otros jugadores se mueven para reconfigurar sus estrategias. Es el caso de China y Japón, que acaban de reabrir un acuerdo sanitario que podría permitir a los exportadores nipones volver a operar en el gigante asiático tras 23 años de cierre por la encefalopatía espongiforme bovina.
En paralelo, Brasil enfrenta un cuello de botella logístico: según datos oficiales, unas 30.000 toneladas de carne vacuna permanecen en puertos esperando destino. El ritmo de embarques creció un 12% interanual en julio, con 104 mil toneladas colocadas en la primera quincena. Sin embargo, la incertidumbre regulatoria en EE.UU. hace que muchos compradores se retiren o demoren decisiones.
Argentina también sigue de cerca la situación. En las últimas semanas se revirtió una medida que había suspendido temporalmente las exportaciones de ganado en pie con destino a faena inmediata. La decisión respondió al fuerte aumento de los embarques, que ya superan en 55% todo lo exportado durante 2024.
Por su parte, China muestra un repunte en sus importaciones: en junio compró 216.700 toneladas de carne vacuna, un 11% más que el mes anterior. El dato relevante es que, si bien en el acumulado semestral las compras cayeron 9,5% en volumen y 3,3% en valor interanual, los precios pagados por tonelada subieron 8,2%, alcanzando un total de USD 1.106 millones en junio.
En Paraguay, la primera campaña de identificación individual de terneros cerró con una cobertura del 98,9%, lo que consolida su sistema de trazabilidad y fortalece su posición ante los mercados más exigentes.
Todo este panorama plantea un segundo semestre con definiciones clave para la carne mundial. Las oportunidades están, pero también los riesgos. Y el reloj geopolítico no deja de correr.