Desde nuestra redacción analizamos la nueva Resolución 458/2025 del SENASA, que establece un esquema más ágil y moderno para el registro, producción e importación de agroquímicos. Con esta actualización, Argentina da un paso importante hacia la simplificación administrativa, alineando su normativa con estándares internacionales y acelerando el acceso a tecnologías clave para el agro.

La norma permite que los establecimientos productores de fitosanitarios operen a partir de una declaración jurada, con fiscalización posterior, lo que elimina trámites prolongados y favorece una respuesta más rápida ante necesidades productivas. Además, se establece un Registro Nacional de Productos Fitosanitarios y se otorgan registros sin vencimiento automático, lo que brinda mayor previsibilidad a los fabricantes y usuarios.

Uno de los avances más destacados es que se habilita la importación directa de agroquímicos provenientes de países que poseen marcos regulatorios equivalentes, como Estados Unidos, Japón, Brasil y Europa, lo cual garantiza estándares de seguridad y eficacia comprobados. Esta apertura inteligente facilitará la incorporación de productos más modernos y eficientes, algo que venía siendo reclamado por diversos sectores del agro.

El nuevo esquema también contempla la validación transitoria de productos no registrados por hasta dos años, siempre que presenten estudios de eficacia agronómica y residuos, un modelo que ya se aplica en varios países exportadores. A la vez, el SENASA se reserva la potestad de cancelar registros si se detectan riesgos técnicos o si el producto pierde aprobación en su país de origen, lo cual preserva la seguridad sanitaria y ambiental.

Con esta resolución, el SENASA apunta a reemplazar el sistema anterior -criticado por su lentitud y burocracia- por uno que sea ágil, transparente y enfocado en resultados, sin resignar los principios de trazabilidad y buenas prácticas agrícolas (BPA). El uso responsable de agroquímicos sigue siendo un eje clave, pero ahora con reglas más claras y herramientas más accesibles.

Productores, distribuidores y técnicos destacan que la medida podría reducir los costos de acceso a insumos, mejorar la competitividad frente a mercados internacionales y dinamizar la innovación tecnológica en el campo argentino. También se abre una oportunidad para igualar condiciones con países vecinos, donde estos procedimientos ya se han modernizado.

En plena transición hacia una agricultura más eficiente y sustentable, el nuevo marco normativo se alinea con los desafíos del presente: ofrecer soluciones rápidas, seguras y de calidad, promoviendo la tecnificación y la rentabilidad sin descuidar la sanidad vegetal ni la seguridad alimentaria.