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Soja en alza: el poder de compra toca máximos y China impulsa exportaciones récord

La recuperación del precio de la soja le da oxígeno al agro argentino en medio de la brecha cambiaria y la presión fiscal.

Maria Jose Huerta
Redacción AgroLatam.com

El último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) trajo aire fresco al campo argentino: el complejo sojero volvió a liderar la semana con precios firmes, fuerte demanda externa y un poder de compra que alcanzó su mayor nivel en más de doce meses. En un contexto de incertidumbre cambiaria y con las retenciones como telón de fondo, la soja se convirtió en el motor principal de las agroexportaciones, mientras que el trigo mantiene competitividad y el maíz atraviesa su peor ritmo de compras en una década.

El poder de compra local de la oleaginosa se ubicó un 27% por encima de los niveles previos a la baja de retenciones, con la tonelada negociándose en torno a u$s300, muy cerca del FAS teórico de exportación. Este repunte generó una puja intensa entre compradores, lo que sostiene los precios altos y al mismo tiempo ofrece una señal positiva para el ingreso de divisas en un momento crucial para la economía argentina.

Soja en alza: más poder de compra para el productor

Soja en alza: más poder de compra para el productor

Uno de los factores determinantes de esta mejora es la demanda de China, que rompió con la estacionalidad típica de los últimos años. Septiembre podría cerrar con 1,8 millones de toneladas exportadas, récord mensual histórico, y en el acumulado de la campaña los embarques alcanzarían 7,1 millones de toneladas, el mayor volumen en nueve años y más del doble del promedio desde 2020/21. Sin embargo, para cumplir con las proyecciones será necesario originar 11,5 millones de toneladas adicionales, lo que representa un desafío logístico y comercial de gran magnitud.

La industrialización del poroto también avanza a buen ritmo: ya se procesaron cerca de 20 millones de toneladas transformadas en aceite y harina destinadas al exterior, apenas dos puntos por debajo del promedio histórico para esta altura del año. No obstante, la importación de soja cayó 16% interanual, lo que obliga a exprimir al máximo la producción local para evitar cuellos de botella en la industria.

En paralelo, el trigo argentino se muestra ordenado y competitivo. El precio FOB nacional se ubica en niveles similares a los principales orígenes europeos y del Mar Negro, lo que permitió encarrilar el programa exportador. Con los embarques previstos hasta septiembre, el acumulado llegaría a 10,4 millones de toneladas, mientras que el sector ya adquirió más de 12,5 millones, garantizando el cumplimiento de los compromisos. Además, la oferta esperada para la campaña 2025/26 se ajustó a la baja, quitando presión bajista sobre los futuros, que hoy rondan los u$s188 por tonelada en el mercado local y apuntan a recuperar valores cercanos a u$s220 FOB.

Faltan 11,5 Mt para cumplir la campaña

Faltan 11,5 Mt para cumplir la campaña

El panorama del maíz, en cambio, es mucho menos alentador. La BCR advirtió que el ritmo de compras es el más bajo en diez años: hasta septiembre se habrían exportado 21 millones de toneladas, un 11% menos que el año pasado a esta altura. Las DJVE acumulan 22 millones, y las compras locales alcanzan 24,5 millones. Para llegar a la proyección de 33,5 millones de toneladas, todavía deben originarse 8,9 millones adicionales, un volumen inédito para esta época del año y mayor al de 2024.

La superficie sembrada de maíz se ubica en 9,7 millones de hectáreas y la producción podría superar las 60 Mt, pero el desafío será replicar la excelente performance del último trimestre del ciclo anterior en un contexto internacional más volátil. En materia de precios, los contratos hacia abril de 2026 rondan los u$s200 por tonelada, mientras que el FAS teórico se ubica en torno a u$s170. En el mercado de Chicago, los valores se mantienen cerca de u$s167, con altibajos tras el último informe del USDA.

En conclusión, el agro argentino vive un escenario de luces y sombras: la soja se posiciona como el gran sostén, impulsada por China y con un poder de compra que le devuelve margen al productor; el trigo acompaña con precios firmes y un programa exportador encaminado; y el maíz obliga a redoblar esfuerzos para cumplir con los objetivos de campaña. En este tablero, la capacidad de aprovechar la ventana de oportunidad será clave para sostener la competitividad de la Argentina en la región y en los mercados globales.

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