Trigo

El Covid-19 marca el precio del trigo en un año que prevé una cosecha mundial récord

Se espera una relativa estabilidad de precios dada las previsiones de la FAO de una cosecha histórica. El comportamiento del maíz también parece que será bueno. Una visión desde España.

El Covid-19 se ha convertido de esa forma en un director de orquesta que está guiando las múltiples variaciones en la cotización de los cereales a nivel mundial en un año que, según el último informe de la FAO, todo apunta a que la cosecha de trigo marque un récord de producción histórico con unos 763 millones de toneladas de producción a nivel mundial. 

A la espera de lo que pueda ocurrir en mayo, un mes fundamental para los cultivos en el hemisferio norte, esa buena cosecha que se espera ayudará a compensar la balanza frente al temor de los mercados. 

También pondrá su grano de arena en la estabilización de los precios la caída del precio del etanol. Porque a Estados Unidos, país que dedica en torno a 35 % de su producción de maíz a la fabricación de este combustible, puede que no le compense dedicar tanto grano a un producto que, con la bajada del precio del petróleo, ya no es tan rentable. 

Lo que se ha visto a lo largo de las últimas semanas es una oscilación de los precios derivada, como ha ocurrido en otros sectores, de una alta demanda de materia prima durante los primeros días del estado de alarma: "Durante las primeras semanas del confinamiento en España se vio como muchos operadores hacían acopio de trigo para garantizar la respuesta a la alta demanda de pastas o bollería, eso provocó una subida de precios, pero ahora ya se han estabilizado", explicó Marcos Martínez, presidente de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe).

"Ha habido cancelaciones de pedidos que ya estaban confirmados para entregar entre abril y junio de en torno a un 30 %"

Donde a su juicio se concentra el mayor problema en estos momentos es en el mercado de la cebada para la industria cervecera: "Ha habido cancelaciones de pedidos que ya estaban confirmados para entregar entre abril y junio de en torno a un 30 %. Eso marcará la cosecha de este año porque podrían perder las primas para el cultivo de este cereal o verse notablemente rebajadas". 

Más allá de eso, desde el sector cebadero vislumbran un escenario en el que los suministros quedarán garantizados. "Como proveedores de materias primas para la industria de fabricación de piensos, harinas, maltas o sémolas, pero también para industrias de segunda transformación como las que hacen pan, bollería, pasta o cerveza­ apuntan que «garantizar la seguridad alimentaria es fundamental. Creemos que no va a haber problemas de suministro de productos agroalimentarios ni de insumos para la ganadería". Porque la cosecha de trigo parece que será buena, al igual que la de maíz, fundamental para alimentar al ganado. 

"Las principales zonas productoras de España, que son el valle del Ebro y León, no van a tener problemas con el regadío", apuntó Martínez. 

¿De dónde viene el trigo y el maíz que se consumen en España? Más allá de lo que produce el mercado nacional, Francia es uno de los principales proveedores de ambos cereales, unos productos que llegan por carretera. Pero la industria agroalimentaria española y de fabricación de piensos también recibe cargamentos que entran por los puertos procedentes de países como, por ejemplo, Ucrania o Brasil. 

Cotizaciones

Aunque el mercado de cereales de Chicago esté cerrando en estos momentos contratos de trigo para entregar en el mes de julio con subidas del 14,6 % o de un 2% en el caso del maíz, Martínez matiza que aunque esa bolsa influye en los precios a nivel mundial, en el caso de España tiene más que ver la cotización en Francia. 

Durante marzo, por ejemplo, el trigo marcó una cotización en el mercado galo de Rouen de 204 euros por tonelada, 6 % más que el mismo mes del año anterior. En el caso del maíz cotizó en Burdeos a 171 euros, 1 % menos que hace un año. No habrá problema de materia prima, pero el gasto en logística y las compras de seguridad agitarán el mercado.

La crisis del coronavirus no tiene relación directa con las cosechas cereales para la producción de piensos, pero las medidas adoptadas para frenarlo están impactando de modo indirecto en los precios de las materias primas a nivel global. 

Lo que está pasando lo explica Sergio Dettmer, vicepresidente y consultor en gestión de riesgos de la empresa norteamericana INTL FCStone: "Un primer efecto lo vimos semanas atrás con las compras de pánico que se dieron en muchos países. Empresas relacionadas con la producción de alimentos a base de harina de trigo se vieron en la necesidad de incrementar su producción de entre 50 % hasta 100 % de un mes a otro. Esto ha estado dando soporte a los precios del trigo y por su relación en la formulación, al maíz también, por lo menos en los precios de contado en diferentes zonas geográficas de Europa y América".

Pero las consecuencias se extienden más allá. De hecho, hace hincapié en los problemas de logística generados por esas medidas, otro factor que contribuye a encarecer las tarifas: "Nos encontramos con casos en los que, para que las autoridades permitan a una empresa poder seguir operando, además de caer dentro del rubro de actividad esencial, hay que cumplir unas medidas de seguridad entre las que está la distancia de seguridad. Donde antes podía haber tres trabajadores, ahora solo puede haber dos, por poner un ejemplo. También hemos visto el riesgo de huelgas en Argentina y Brasil con operarios que sienten que las condiciones no son las adecuadas para salvaguardar su salud o chóferes de camiones que se rehúsan hacer viajes largos por el temor a la infección. Todo esto complica la logística y distribución de materias primas y, por ende, en un encarecimiento del precio. Se habla ahora de una prima en el precio, por seguridad". 

Y añade otro elemento que puede influir en el precio: "Varias empresas han decidido por hacer compras de seguridad de corto-mediano plazo. Lo que vuelve a incrementar la demanda". 

De todas formas, lo que a su juicio cobrará más relevancia a partir de ahora es la logística, "que estará directamente relacionada con la evolución del Covid-19 en diferentes países, con su lógica consecuencia en los precios de cereales, como maíz, trigo y cebada". Con todo, matiza, "no hay una escasez de producto, por lo que todo esto que hemos observado deriva de la incertidumbre que la crisis del coronavirus está provocando a nivel mundial".

Por María Cedrón