Comercialización de Granos: Caída de volúmenes y cambios contractuales en la campaña 2024/25
La comercialización de granos en Argentina experimenta una fuerte contracción interanual en la campaña 2024/25, con caídas de más del 50% en algunos cultivos como la soja y el maíz.
Este informe analiza las nuevas estrategias del productor, los factores que afectan la venta, la dinámica de las exportaciones agrícolas y las implicancias para el futuro del agronegocio argentino.
Ventas diarias del productor 2023/24 vs 2024/25 - Maíz, Soja, Trigo]
En medio de un escenario climático más benigno y una recomposición parcial de rindes, la campaña 2024/25 presenta signos contrastantes en materia de comercialización de granos. Según datos del SIO-Granos y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP), la dinámica de ventas por parte del productor evidencia un reacomodamiento tanto en volumen como en modalidad contractual, en un contexto signado por la volatilidad de precios, los vaivenes macroeconómicos y la cautela comercial.
Retracción en los volúmenes totales comercializados
Una comparación interanual entre las campañas 2023/24 y 2024/25 muestra una significativa caída en los volúmenes totales de granos vendidos por parte de los productores. Para el caso del maíz, la baja es de 37,6 millones a 21,9 millones de toneladas, es decir, una reducción superior al 40%. En soja, la caída es menos pronunciada pero relevante: de 30 millones a 14,5 millones de toneladas (-52%), mientras que el trigo también refleja un retroceso, pasando de 6,2 millones a 3,2 millones de toneladas.
Esta merma responde a una combinación de factores. En primer lugar, la postergación de decisiones comerciales en espera de mejores precios o condiciones cambiarias. En segundo lugar, la menor disponibilidad física producto de una cosecha ajustada en algunas regiones, especialmente en el caso del trigo. Además, la incertidumbre sobre el tipo de cambio y los niveles de retenciones impacta negativamente en la toma de decisiones del productor.
Desglose por modalidad - Precio hecho vs fijaciones vs sin precio]
Cambio en las modalidades de venta
Otro dato relevante es la modificación en las modalidades contractuales. En maíz, las operaciones con precio hecho cayeron de 37,8 a 21,9 millones de toneladas, pero crecieron fuertemente las fijaciones de precio, que pasaron de 4,6 millones a 8 millones, lo que sugiere una estrategia de cobertura parcial mientras se aguarda un contexto más favorable.
En soja, aunque el total de ventas cayó a la mitad, las fijaciones se incrementaron de 3 a 8,8 millones de toneladas, indicando una mayor sofisticación en las estrategias de comercialización por parte del productor, posiblemente influido por el uso de herramientas de mercado de futuros o asesoramiento técnico.
En trigo, las ventas sin precio (más de 3 millones de toneladas) también representan una señal de cautela frente a los vaivenes del mercado, en un cultivo particularmente sensible a las políticas de exportación agrícola y a la formación de precios internos.
Exportaciones: reconfiguración del mix y presión logística
Las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) reflejan una dinámica similar. El maíz continúa liderando con más de 8 millones de toneladas, pero muestra una caída respecto a campañas anteriores. El aceite de soja y sus subproductos mantienen niveles estables, sostenidos por la demanda externa y una capacidad instalada industrial que tracciona la oferta.
Sin embargo, los complejos de girasol, sorgo y cebada presentan comportamientos más erráticos, con caídas en la cebada forrajera y repuntes en girasol, mostrando la volatilidad del comercio global y la necesidad de diversificar destinos y productos con valor agregado.
Este panorama impone desafíos logísticos, especialmente en los nodos portuarios del Gran Rosario, donde la programación de embarques se ve alterada por los ritmos dispares de entrega de mercadería. La necesidad de contar con infraestructura vial y ferroviaria eficiente vuelve a posicionarse como un tema estratégico para el sector.
Factores que condicionan la comercialización
La elevada inflación, las restricciones cambiarias y la inestabilidad macroeconómica siguen siendo elementos de peso en las decisiones del productor agropecuario argentino. A eso se suma la expectativa sobre el nuevo esquema de retenciones, la posibilidad de implementar un tipo de cambio más competitivo y la evolución del mercado internacional de commodities.
El productor argentino ha demostrado resiliencia, pero también mayor profesionalización. El uso de fijaciones, operaciones en el mercado a término y herramientas financieras se expanden, aunque aún no de forma homogénea. La tecnificación comercial avanza, pero requiere previsibilidad para consolidarse.
Perspectivas para el segundo semestre
De cara al segundo semestre de 2025, la evolución del tipo de cambio y las señales del gobierno respecto a retenciones y políticas de incentivo a la exportación serán claves. También el clima tendrá un rol protagónico: un nuevo evento de El Niño podría condicionar la siembra fina y, por ende, la dinámica comercial del trigo.
En este marco, el fortalecimiento del crédito agropecuario, la implementación de políticas diferenciadas por escala y región, y el fomento del asociativismo comercial podrían permitir un mayor equilibrio entre oferta y demanda, con beneficios para toda la cadena de valor agrícola.