Agricultura

Soja Argentina: la cosecha 2025 creció y alcanzó 49,9 millones de toneladas con rindes récord

La campaña sojera 2024/25 cerró con un incremento del 3,5% en la producción total, impulsada por una mayor área sembrada y rindes por encima del promedio de la última década.

La campaña de soja 2024/25 en Argentina finalizó con un marcado crecimiento del 3,5%, alcanzando un volumen de 49,9 millones de toneladas. Según el informe de junio de la Dirección Nacional de Agricultura, este logro responde tanto a una mayor superficie sembrada como a rendimientos superiores al promedio de la última década. En un contexto de recuperación tras años de sequía y volatilidad, los resultados fueron recibidos con optimismo por el Gobierno y el sector agroindustrial.

Este panorama positivo refuerza la posición de la soja como pilar del agronegocio argentino y motor clave de las exportaciones, con impacto directo en la dinámica cambiaria, logística y en la cadena de valor. Además, el desempeño logrado se enmarca en una estrategia de sustentabilidad y tecnificación que empieza a dar frutos concretos en rendimientos y exportaciones.

Panorama actual y datos clave

- Superficie sembrada: 17,8 millones de hectáreas, un incremento del 7,7% respecto a la campaña anterior.
- Producción total: 49,9 millones de toneladas, 3,5% más que en 2023/24.
- Rendimientos:

  • Soja de primera: promedio de 30,6 quintales por hectárea, superando claramente el promedio decenal.

  • Soja de segunda: con un promedio de 25,1qq/ha, registró su mejor desempeño en diez años.
    - Regiones líderes: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero y Entre Ríos concentran la mayor superficie sembrada.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, al cerrar su cosecha, estimó una producción de 50,3 millones de toneladas, 15% por encima del promedio 2018-2023 (43,8 Mt). Además, definió este volumen como "el segundo más alto de las últimas cinco campañas", tanto en cantidad como en rinde promedio.

Factores determinantes y su impacto

Este repunte responde a la conjunción de varios factores:

  1. Climáticos favorables: un ciclo con mejor distribución de lluvias respecto al año anterior, especialmente en regiones clave de la zona núcleo.

  2. Mayor área sembrada: respuesta de los productores ante perspectivas de precios de granos relativamente alentadoras, en un contexto de inflación y tipo de cambio controlado.

  3. Tecnificación: adopción de buenas prácticas agrícolas (BPA), como la siembra directa, uso optimizado de agroquímicos y nutrición balanceada del suelo.

  4. Sanidad y genética: avances en manejo fitosanitario y uso de variedades adaptadas a estrés hídrico y patógenos, con apoyo del INTA y la Ley de Semillas.

Estos factores no solo aumentaron el rinde, sino que permitieron un aprovechamiento más eficiente del potencial productivo nacional, generando excedentes exportables que refuerzan la competitividad externa del campo argentino.

El uso creciente de tecnología de precisión, sensores remotos, monitoreo satelital y drones durante la campaña permitió afinar la aplicación de insumos y responder de forma temprana a brotes de enfermedades o plagas. El resultado se tradujo en rendimientos destacados en soja de primera, donde se superaron los 30qq/ha en promedio.

Asimismo, se fortaleció la práctica de la rotación de cultivos, la incorporación de cobertura verde y leguminosas de servicio, que contribuyeron a la salud del suelo, amenazan el cambio climático y fomentan la sustentabilidad a mediano y largo plazo.

A pesar del éxito, persisten desafíos: el acceso al crédito agropecuario sigue siendo limitado y condicionado por costos financieros elevados. Las retenciones y la presión tributaria generan incertidumbre, aunque la mejor producción ofrece margen para negociar mejoras en las condiciones impositivas.

La infraestructura vial y logística requiere mayor inversión para evitar cuellos de botella en la cosecha y el transporte hacia puertos. En ese sentido, el sector y el Estado podrían impulsar proyectos conjuntos para mejorar caminos rurales y capacidad de almacenamiento.

También se abre una oportunidad para impulsar el valor agregado. La exportación de derivados, como harina y aceite de soja, ya representan una parte significativa del complejo sojero, y el crecimiento productivo permite pensar en nuevas plantas de procesamiento regional.

  • Un productor de Córdoba señala: "Estábamos expectantes por el clima, pero este rinde robusto es el fruto del trabajo en manejo y tecnología."

  • Desde la Bolsa de Cereales remarcaron: "El volumen obtenido es una señal de que la soja argentina sigue consolidando su lugar en el mercado global."

  • En la Secretaría de Agricultura se celebró la noticia como un alivio para la cadena de valor y un respaldo para las políticas orientadas al crecimiento del sector.

La cosecha de soja 2024/25 se erige como un hito para el agronegocio argentino: rindes elevados, mayor superficie y producción récord consolidan a Argentina como uno de los principales jugadores en el mercado global. Este triunfo demuestra que la combinación de estrategia, tecnología, buenas prácticas y políticas amigables puede revertir escenarios adversos y proyectar al sector hacia una senda más sustentable y rentable.

Para seguir en esta dirección, será clave sostener la inversión en infraestructura, facilitar el crédito, profundizar la innovación y trabajar en una agenda de desarrollo que clave a la sustentabilidad y el valor agregado en la agenda agroindustrial nacional.

Datos clave

IndicadorValor
Superficie sembrada17,8 Mha
Producción total49,9 Mt
Rinde soja de primera30,6qq/ha
Rinde soja de segunda25,1qq/ha
Comparativo promedio 2018-23+15%

Agrolatam.com
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