Festuca alta: cómo rinden los diferentes cultivares en el norte bonaerense
Un estudio se comparó el crecimiento de distintos cultivares de festuca alta en el norte de Buenos Aires. Los resultados muestran claras diferencias estacionales que pueden definir la elección del material según el sistema productivo.
La festuca alta (Schedonorus arundinaceus), una de las gramíneas perennes templadas más difundidas en la región pampeana, volvió a ser objeto de análisis en un trabajo técnico que evaluó su comportamiento productivo en condiciones locales. El estudio, realizado por el Ing. Agr. Óscar Bertín, analizó durante tres años consecutivos las curvas de crecimiento de distintos cultivares (cv) implantados en el norte de la provincia de Buenos Aires, una zona de alta variabilidad climática y suelos heterogéneos.
La investigación demostró que la festuca alta mantiene su lugar como alternativa clave para mejorar la eficiencia forrajera bajo condiciones adafoclimáticas adversas, debido a su capacidad de adaptación y persistencia. Sin embargo, el comportamiento estacional varía significativamente según el cultivar y su tipo de actividad fisiológica.
Durante el período invernal, el cultivar activo en invierno -antes denominado mediterráneo- mostró mayor producción de forraje, explicada por su alta capacidad de macollaje en esa estación. "Esta característica permite una mayor acumulación de materia seca en los primeros meses posteriores a la implantación, cuando las bajas temperaturas limitan la elongación foliar", detalla el informe.
No obstante, esta ventaja se atenúa en primavera y verano, cuando los cultivares activos en verano (antes conocidos como del norte de Europa o continentales) superan en producción total anual, incluso en materiales de floración temprana, intermedia o tardía. Según el estudio, la latencia estival del cultivar invernal deja sectores del suelo descubiertos, facilitando la invasión de gramíneas espontáneas estivales, como el pasto cuaresma (Digitaria sanguinalis), lo que compromete su persistencia en sistemas con manejo intensivo de pastoreo.
La metodología aplicada incluyó defoliaciones cada 28 días, dejando un remanente de 5 a 7 cm, y el registro de tasas de crecimiento diario expresadas en kg de materia seca (MS)/ha/día. Cada punto de las curvas resultó del promedio de 24 observaciones (cuatro series, dos repeticiones y tres años de medición), lo que permitió establecer un patrón de comportamiento confiable para cada cultivar bajo las condiciones locales.
Producción estacional promedio de festuca alta (kg MS/ha/día)
Cultivar | Época de mayor actividad | Producción invernal | Producción primavero-estival | Producción anual total | Observaciones principales |
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Activo en invierno (Mediterráneo) | Invierno | Alta | Media / Baja | Media | Ventaja inicial; menor persistencia estival. |
Activo en verano (Norte de Europa) | Primavera - Verano | Media | Alta | Alta | Mayor acumulación anual; mejor adaptación a manejos intensivos. |
En términos de manejo, el autor advierte que la frecuencia e intensidad de defoliación influyen directamente en la capacidad de rebrote y persistencia de la pastura. "El control de especies estivales y la planificación de descansos adecuados son claves para sostener la productividad de los cultivares más activos en invierno", señala Bertín.
En conclusión, los resultados confirman que los cultivares activos en verano presentan mayor producción total anual, aunque los activos en invierno pueden ser una herramienta estratégica para sostener la oferta forrajera durante los meses fríos, especialmente en sistemas de pastoreo mixto o bajo manejos conservacionistas.
La elección del cultivar, por tanto, debe integrarse a una planificación forrajera integral, considerando el equilibrio entre disponibilidad estacional, persistencia y manejo de malezas espontáneas.