Tregua comercial entre EE.UU. y China no alcanza para que los agricultores estadounidenses recuperen el mercado de la soja
Productores rurales de EE.UU. advierten que, pese a la reducción temporal de aranceles, Brasil mantiene una clara ventaja competitiva en el mercado chino. China compra el 70% de su soja a Brasil y no parece dispuesta a cambiar.
La reciente tregua comercial de 90 días entre Estados Unidos y China incluye una reducción de aranceles que, en principio, podría beneficiar a los productores de soja estadounidenses. Sin embargo, el sector agrícola en EE.UU. no es optimista. Productores afirman que Brasil mantiene una ventaja estructural en precios y acceso al mercado chino, que difícilmente se revierta solo con ajustes temporales.
El acuerdo, anunciado el lunes, establece que EE.UU. reducirá aranceles adicionales del 145% al 30% sobre importaciones chinas, mientras que China bajará del 125% al 10% los aranceles a productos estadounidenses. Aun así, el alivio parece insuficiente para un sector que ha sufrido años de restricciones comerciales.
"El arancel que sigue vigente para la soja de EE.UU. no es insignificante", advirtió Caleb Ragland, productor de Magnolia, Kentucky, y presidente de la American Soybean Association.
"Nuestros competidores en Brasil y Argentina no enfrentan ese sobrecosto", agregó.
Brasil, el principal proveedor de soja de China, ha sabido capitalizar la guerra comercial iniciada durante el gobierno de Donald Trump. Con una cosecha récord y una relación consolidada con Beijing, el país sudamericano ya abastece el 70% de las importaciones chinas de soja. Y va por más.
Luis Rua, del Ministerio de Agricultura de Brasil, anticipó que el país busca expandir sus exportaciones agrícolas a China, incluyendo sorgo, carne porcina y pollo, lo que refuerza su papel como socio estratégico agroalimentario.
En contraste, EE.UU. representó solo el 28% de las importaciones chinas de soja en 2022/23, y el mercado chino sigue siendo clave, ya que representa más de la mitad de las exportaciones totales de soja de EE.UU..
El período de tregua coincide con la previa de la cosecha de soja y maíz en EE.UU., una etapa decisiva para cerrar ventas. Sin embargo, muchos productores sembraron menos soja este año por falta de rentabilidad, apostando al maíz.
Algunos productores confían en que, si el precio internacional sube por un repunte en la demanda china, podrán cerrar ventas anticipadas de sus cosechas de otoño. Pero otros son más escépticos:
"La situación ya era mala antes, y sigue siéndolo", opinó Ron Heck, productor en Iowa.
"Es como volver al plato de bateo sin saber si vamos a pegarle a la pelota o volver a fallar", ironizó Dan Henebry, productor en Illinois.
Durante la presidencia de Trump, China se comprometió a aumentar sus compras de productos agrícolas de EE.UU., pero no cumplió lo pactado. En respuesta, el gobierno norteamericano distribuyó miles de millones de dólares en ayudas para mitigar el impacto en el sector.
Aun así, el daño fue profundo. La confianza de los productores en el gobierno y en las negociaciones comerciales ha sido erosionada.
"Esto no parece haber solucionado nada", concluyó Henebry.
Mientras los aranceles se reducen en el papel, la competencia real sigue jugándose en los precios, la logística y las relaciones bilaterales. Y en ese terreno, Brasil continúa sacando ventaja, consolidándose como el proveedor preferido de la potencia importadora más grande del mundo.