Ganadería en pausa: pese al buen clima y precios altos, la retención aún no arranca
La actividad ganadera muestra señales positivas en lo económico y climático, pero los datos de faena indican que todavía no se inicia la fase clave de retención de vientres y reposición de stock. ¿Qué está frenando al productor?
Con precios récord, mejores condiciones climáticas y un contexto macroeconómico más previsible, la ganadería argentina parecía lista para iniciar una fase de retención. Sin embargo, los datos muestran lo contrario: la faena continúa en niveles elevados, comprometiendo nuevamente la posibilidad de recuperar el stock perdido en los últimos años.
Según datos del Rosgan, en abril se faenaron 1.121.173 cabezas, un 4% más que en igual mes de 2024, revirtiendo la tendencia a la baja que había marcado el primer trimestre del año. Así, el primer cuatrimestre de 2025 cerró con 4.327.486 animales faenados, prácticamente sin variaciones respecto del mismo período del año anterior.
"En 2023 y 2024 se perdieron casi 2,5 millones de cabezas. Sin retención sostenida, este año podría seguir la misma tendencia", advierte el informe.
El desconcierto radica en que las condiciones actuales son ideales para sostener hacienda:
Clima favorable, sin necesidad de descargas forzadas por falta de pasto.
Precios en dólares significativamente más altos que en 2024.
Estabilidad macroeconómica que permite una mejor planificación.
Aun así, no se observan decisiones de retención claras por parte del productor. Al contrario, se faena más cantidad de vaquillonas jóvenes, lo que compromete seriamente la reposición futura de vientres.
Durante los primeros cuatro meses del año:
Se enviaron a faena 1,3 millones de vaquillonas, un 7% más que en el mismo período de 2024.
La faena de vacas, en cambio, cayó un 13%, lo que indica que la presión está sobre vientres jóvenes en edad productiva.
"Si el número de terneras nacidas no crece, la reposición requiere menor faena de vaquillonas. Lo contrario significa pérdida de capital reproductivo", señalan desde el Rosgan.
En cuanto a los machos, la faena total se mantiene estable, pero hay un dato que preocupa:
La faena de novillos creció 10%, pero el aumento se dio en animales más jóvenes y livianos (6 dientes).
Esto implica que se produce menos carne por animal, lo cual va en contra de la eficiencia que debería buscarse en un ciclo de expansión.
Los precios actuales de la hacienda en dólares son los mejores de los últimos años:
El criador gana entre 25% y 30% más por sus terneros.
El engordador obtiene 12% a 18% más según la categoría vendida.
Sin embargo, esto no se traduce en decisiones estratégicas de retención.
¿Qué está pasando dentro de la empresa ganadera? ¿Por qué, con todos los indicadores a favor, no se da el paso hacia un ciclo ganadero expansivo?
La ganadería argentina tiene el contexto, tiene los precios y tiene el mercado, pero aún no tiene la decisión estructural de recomponer su stock.
La retención no arranca y, si el escenario no cambia, 2025 podría volver a cerrar con pérdida de cabezas. Una nueva oportunidad desperdiciada.