La alerta de huracán emitida para la costa sur de México -desde Puerto Ángel hasta Punta Maldonado- pone en riesgo inmediato sectores agropecuarios de Oaxaca y Guerrero. En estas regiones, la agricultura de temporal domina, con más del 85% del área dedicada a maíz, además de frijol, sorgo y cultivos perennes como café y frutales, principalmente en distritos de Costa, Istmo y Sierra.

Oaxaca

Zona altamente dependiente de maíz de temporal (más del 90% de la superficie agrícola dedicada a este cultivo).

Cultivos de frijol, sorgo y trigo, y frutales como papaya y café en zonas de ladera.

El riesgo de inundaciones y deslaves en terrenos de pendiente podría afectar no solo cultivos, sino también suelos, infraestructura de riego y caminos rurales.

Guerrero

El 85% de sus municipios se sustenta en agricultura de subsistencia, centrada en maíz, frijol y cosechas tropicales como mango, plátano y limón.

Estudios recientes señalan daños significativos en más de 200000ha de cultivos entre maíz, mango y limón.

Eventos anteriores, como huracanes Otis y Blas, causaron destrucción masiva de plantíos de mango (96% de parcelas afectadas) y plátano.

Riesgos agropecuarios ante Erick

Inundaciones terrestres: Las lluvias previstas (hasta 51cm) generarán riesgo de saturación del suelo, pérdidas de cosecha, erosión y daño a infraestructura rural.

Deslizamientos: En áreas de ladera, donde hay cultivos de temporal y café, los deslaves amenazan parcelas, caminos y sistemas de riego.

Marejada ciclónica: Inundaciones costeras en plantíos de frutales (mango, limón, plátano) con posibilidad de arrastre de suelos y cultivos.

Afectaciones ganaderas y acuícolas: Experiencias previas identifican riesgos sobre ganado (alerta sanitaria) y infraestructura de acuacultura.

Interrupción de la cadena de valor: Daños en cultivos y logística portuaria/vial anticipan efectos en valor agregado, seguridad alimentaria y precios FOB/CIF.

Recomendaciones clave para el sector

Activar protocolos de emergencia: Evacuación en zonas bajas/rurales, evaluación vía trazabilidad de suelos y cultivos, y asegurar el rastrojo para mitigar erosión.

Acceso a financiamiento y seguros: Aprovechar esquemas de seguro catastrófico agrícola (como los utilizados tras tormentas anteriores) para indemnizaciones y reposición.

Planes de recuperación agropecuaria: Restauración de infraestructura de riego, rehabilitación de parcelas y soporte técnico en zonas rurales.

Agroinnovación climáticamente inteligente: Integrar agricultura de conservación, biotecnología y monitoreo hídrico para fortalecer la resiliencia ante eventos extremos.