La semana comenzó con tensión en el campo uruguayo. El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) emitió una alerta amarilla por vientos fuertes y persistentes para el sur del país, abarcando departamentos clave en la producción agropecuaria como San José, Canelones, Colonia, Montevideo, Lavalleja y Maldonado.

El aviso, vigente desde la madrugada del lunes, anticipa rachas de viento de entre 40 y 60 km/h, con máximos que podrían superar los 70 km/h en zonas expuestas. Esta situación genera preocupación en el sector agropecuario, especialmente por los posibles impactos sobre cultivos de invierno recién implantados, sistemas ganaderos y estructuras rurales.

Desde cooperativas agrarias y gremiales del agro, se solicitó a los productores extremar precauciones, revisar instalaciones de sombra, bebederos, cobertizos y alambrados, así como asegurar invernáculos y estructuras móviles. También se advierte sobre el riesgo de estrés en animales expuestos y la posible pérdida de eficiencia en tareas de siembra o fertilización.

Los cultivos más sensibles son aquellos en estadios tempranos, como la avena, el trigo y la cebada, que podrían sufrir desgaje o desecación si las rachas se combinan con baja humedad relativa. Además, el viento puede afectar la cobertura de suelos, aumentar la erosión e interferir en la absorción de insumos aplicados recientemente.

En el caso de la ganadería, los especialistas en bienestar animal recomiendan proteger al ganado más vulnerable -como terneros, vacas recién paridas o animales enfermos-, asegurar sombra natural o artificial, y garantizar el acceso constante a agua limpia y alimento. También se deben prever posibles cortes de energía que afecten los sistemas de riego o electrificación de alambrados.

El fenómeno se enmarca en una perturbación atmosférica que avanza desde el suroeste del país, acompañada por un descenso térmico y nubosidad variable. Aunque no se prevén lluvias generalizadas, el viento se mantendría hasta el martes, con posibles reintensificaciones en horas de la tarde.

La Dirección de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería (MGAP) emitió un comunicado técnico recomendando suspender aplicaciones foliares o fumigaciones hasta que las condiciones se estabilicen, así como evitar movimientos innecesarios de maquinaria o animales durante las horas de mayor intensidad de viento.

Algunas zonas del cinturón hortifrutícola también podrían verse afectadas, especialmente invernaderos en zonas bajas o estructuras temporales, donde el viento puede causar daños materiales directos. En ese contexto, los pequeños productores han comenzado a tomar medidas preventivas con recursos limitados, lo que genera reclamos por asistencia técnica y previsión de seguros.

Técnicos de campo y meteorólogos rurales señalan que el patrón climático actual se relaciona con sistemas de baja presión que tienden a repetirse con más frecuencia durante inviernos secos. La advertencia es clara: las condiciones extremas, incluso sin lluvias, pueden generar impactos significativos si no se actúa a tiempo.

El Inumet ha habilitado actualizaciones en tiempo real y una línea directa para reportes de emergencias climáticas. En paralelo, las gremiales rurales insisten en la necesidad de una política de prevención agroclimática más robusta, que incluya alertas específicas por rubros y protocolos de respuesta sectoriales.

En lo inmediato, los productores del sur uruguayo seguirán de cerca la evolución del fenómeno, mientras evalúan posibles daños y ajustan sus planes operativos para la semana. El viento, muchas veces subestimado, vuelve a demostrar que también puede condicionar el pulso del campo.