Paraguay

Paraguay avanza hacia la industrialización y busca consolidarse como hub regional

El país deja atrás su perfil agroexportador y gana terreno en manufactura y tecnología, con nuevas industrias que ya exportan a mercados de alto valor.

Paraguay atraviesa un proceso de transformación económica que va más allá de su histórica condición de país agroexportador. Con inversiones nacionales y extranjeras, comienza a perfilarse como un centro industrial competitivo en la región, capaz de colocar productos manufacturados en mercados de alto valor con certificaciones internacionales.

Un ejemplo de este salto es la industria de materiales de construcción, donde una empresa logró obtener el Marcado CE, sello de conformidad exigido por la Unión Europea, para sus fibras sintéticas utilizadas en hormigón de túneles, puentes y pavimentos. Con esta certificación, Paraguay ingresa a un circuito comercial que incluye a Europa, México, Chile, Perú, Canadá y otros destinos. La obtención de estándares internacionales abre la puerta a una mayor integración en proyectos de infraestructura a nivel global.

Otro sector que empieza a mostrar dinamismo es el de electrodomésticos. Recientemente, se concretó el primer envío de ventiladores fabricados en Paraguay hacia Argentina, con un valor cercano a US$ 5 millones y una proyección de 80.000 unidades entre septiembre de 2025 y enero de 2026. Este avance se da en el marco de la Política Nacional de Producción y Ensamblaje, que otorga incentivos fiscales y simplifica los procesos para que nuevas compañías puedan instalarse en el país y ensamblar equipos eléctricos, electrónicos y digitales.

Autoridades y especialistas destacan que el atractivo de Paraguay no solo radica en la cercanía geográfica con Brasil y Argentina, sino también en la estabilidad macroeconómica, la previsibilidad normativa, la energía 100 % renovable y una fuerza laboral joven, factores que lo posicionan como un destino confiable para la inversión extranjera directa. Estas condiciones permiten que el país se acople a las cadenas productivas del Mercosur con eficiencia, calidad y costos competitivos.

El proceso de industrialización no se limita a materiales de construcción y electrodomésticos. Sectores como alimentos procesados, textiles, autopartes, insumos médicos, fertilizantes, biocombustibles y productos forestales también muestran un fuerte crecimiento y oportunidades de exportación. La ruta bioceánica, en plena construcción, promete reducir los tiempos de transporte hacia Asia y abrir nuevas posibilidades para la producción local.

La llegada de industrias extranjeras trae consigo beneficios adicionales, como la transferencia tecnológica y la creación de empleo calificado, pero también incentiva a los empresarios paraguayos a innovar. Casos de pequeñas y medianas industrias locales, como fabricantes de aceite de chía o galletitas, evidencian que el país tiene capacidad para producir con estándares internacionales y competir en mercados globales.

El desafío ahora es garantizar reglas claras, estabilidad política y un entorno industrial amigable que permita sostener este ritmo de crecimiento. Si Paraguay logra consolidar estas condiciones, su transición de agroexportador a hub de manufactura y tecnología podría convertirse en un caso de éxito regional. La evolución reciente muestra que no se trata solo de exportar granos o alimentos primarios, sino de avanzar hacia un modelo económico diversificado y con mayor valor agregado.

Con estos avances, Paraguay empieza a proyectarse como un hub industrial del Mercosur y un destino atractivo para inversiones globales. La combinación de energía limpia, ubicación estratégica y apertura hacia la innovación coloca al país en una senda de desarrollo que busca transformar su perfil productivo y asegurar un crecimiento económico sostenible en el largo plazo.

Agrolatam.com
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